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La Vida Cotidiana de una Mujer Musulmana

Capítulo 4: La vida cotidiana de una mujer musulmana

Al llegar a este capítulo, usted ya es consciente de los derechos y responsabilidades que el islam ha otorgado a la mujer. Este capítulo describe algunas prácticas islámicas que las mujeres musulmanas incorporan a su vida cotidiana para cumplir con esas responsabilidades. Algunos de los temas tratados son la etiqueta básica, las leyes dietéticas, las prácticas higiénicas, la práctica del hiyab en la vida diaria y la observancia de las fiestas y festivales musulmanes.

Si ha entrado recientemente en el redil del islam, es probable que conozca a hermanas de culturas y orígenes muy diferentes a los suyos. Se incluye una discusión sobre el concepto islámico de hermandad, con sugerencias para ayudarle a sentirse más cómoda en su nuevo entorno religioso.

EL EJEMPLO MÁS EXCELENTE

El islam enseña que el propósito de la vida de un musulmán es adorar a Al’lah y dedicarse a buscar Su amor. Es natural que un ser humano ame a Al’lah y desee ganar Su amor porque ese amor está arraigado en el alma de una persona antes de nacer. Los musulmanes recitan el Azan (llamada a la oración) en el oído derecho del bebé inmediatamente después de nacer. Por lo tanto, desde el principio el niño es atraído subconscientemente hacia la Verdad y la Belleza del Creador.

Pero, ¿cómo se puede mantener este objetivo en mente mientras se realizan las actividades cotidianas? Cuando uno está involucrado en la rutina mundana de la vida diaria, puede parecer difícil mantener el nivel espiritual requerido para ganar el amor de Al’lah. Al’lah mismo proporcionó a la humanidad los medios para hacerlo. Se reveló a través del Sagrado Corán al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) y lo elevó a ser el “Líder Perfecto” y maestro de la ley coránica para todas las personas en todas partes hasta el final de los tiempos. Hazrat Muhammad (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) fue llamado a proporcionar un ejemplo a través del cual el amor de la humanidad por su Hacedor pudiera encontrar su plena expresión y su más alta realización, permitiéndoles ganar el amor de Al’lah.

Por lo tanto, el mejor ejemplo de cómo los musulmanes deben vivir su vida diaria se encuentra en la vida ejemplar y el carácter perfecto de este “Hombre Perfecto.” (Véase Sagrado Corán, 33:22). Por lo tanto, el estudio de su vida y carácter es esencial en la educación de un musulmán. No encontrará ninguna situación en la vida diaria para la que no exista una guía del Santo Profeta. Un musulmán practicante está en constante asociación espiritual con el Mensajero de Al’lah, día y noche. Reza como él lo hacía, enseña a sus hijos valores morales citándoles los hadices, saluda a sus compañeros musulmanes con sus palabras de saludo y suplica a Al’lah que derrame Sus bendiciones sobre el Santo Profeta y su pueblo.

OBSERVANCIA DE LA TAQWA

Hay otra herramienta que proporciona la enseñanza islámica para ayudar a mantener al musulmán en el camino de los rectos. Se trata del concepto de taqwa. La palabra “taqwa” puede definirse mejor como el “temor de Al’lah”. Sin embargo, eso no quiere decir que uno deba vivir con el temor del Todopoderoso, o que Él sea un Ser Temible. Más bien, debe considerarse como el temor a la pérdida del amor de Al’lah. El amor de Al’lah por Sus criaturas es ilimitado, pero un musulmán debe ser consciente de que, si desobedece Sus órdenes, puede perder Su Protección y Su Generosidad. Nadie puede llegar a ser verdaderamente justo hasta que la taqwa haya entrado en todas las facetas de su vida diaria.

Hazrat Ubbay bin Kab, un compañero del Santo Profeta, explicó acertadamente la taqwa comparando al muttaqi (el justo) con aquel que camina a través de arbustos espinosos, teniendo cuidado de que sus ropas no queden atrapadas y desgarradas por sus ramas. En otras palabras, una persona justa es aquella que siempre está en guardia contra el pecado y toma a Dios como escudo contra la tentación.

Así, si recuerda que Al’lah ve cada uno de sus actos y escucha cada una de sus palabras en todo momento, se mantendrá alejado del mal. Todo tipo de problemas pueden evitarse o resolverse si cada una destus acciones se basa en la taqwa. La taqwa puede demostrarse en la vida diaria si se practican constantemente valores sencillos, como la simpatía, la tolerancia, la humildad, la amabilidad al hablar y la gentileza, la paciencia, y la veracidad.

LA ORACIÓN EN LA VIDA COTIDIANA

En el capítulo 1 se habló de la oración islámica o salat. El salat se ofrece cinco veces al día, a las horas señaladas de Fayar (al amanecer); Zuhr (después del mediodía); Asr (por la tarde); Maghrib (después de la puesta de sol) e Isha (por la noche). Observar estas oraciones es la actividad más importante del día de un musulmán.

El Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) aconsejó a sus seguidores que ofrecer las oraciones requeridas en sus momentos adecuados es especialmente agradable para Al’lah. Además, instruyó que la recitación del Sagrado Corán después de la oración del Fayar cada mañana también es agradable para Él, incluso si sólo se leen unos pocos versos. Algunos dichos del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) sobre la oración son:

  1. La oración es la esencia de la adoración.
  2. La oración impide la desgracia.
  3. Ruega a Al’lah todo lo que necesites, incluso la sal que te hace falta o el cordón que se ha roto.
  4. Quien desea que Al’lah acepte sus oraciones cuando está afligido y en apuros, debe rezar constantemente cuando está tranquilo.

El salat es la forma central y principal del culto islámico, y debe observarse con todos sus rituales y etiquetas, incluida la ablución ritual (wudu) antes de realizar el salat. La mujer musulmana debe vestir modestamente, con la cabeza, los brazos (al menos hasta el codo) y las piernas cubiertas. La mujer no puede realizar el salat durante la menstruación, ni entrar en la zona de oración de una mezquita, hasta que haya tomado un baño ritual (véase el apartado Higiene).

Sin embargo, el culto islámico no se limita al salat, ya que la necesidad de comunicarse con el Creador surge constantemente durante el día. Esta necesidad se satisface recitando oraciones y recordando a Al’lah (zikre ilahi) en cualquier momento. El Sagrado Corán contiene muchas oraciones breves para todo tipo de situaciones, y las oraciones utilizadas por el Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) y el Mesías Prometido (la paz sea con él) están bien documentadas. En el capítulo 5 encontrará varias expresiones árabes utilizadas para el recuerdo de Al’lah.

Por lo tanto, como mujer musulmana, su día comienza y termina con la adoración a Al’lah y glorificándole como el único Amo de todo en los Cielos, la Tierra y el Universo entero. A medida que avanza en el día, su reloj corporal se dará cuenta de los tiempos de oración, y podrá postrarse y repetir: “Toda alabanza pertenece a Mi Señor, el Altísimo”.

VIDA COTIDIANA Y MODALES ISLÁMICOS

Después de las oraciones y devociones matutinas, estará preparado para llevar acabo las actividades del día. Los puntos más importantes que debe recordar son actuar con taqwa (el temor de Al’lah) en su corazón, y tener en mente los mandamientos de Al’lah, la sunnah (prácticas) y los hadices (dichos) del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él).

Esté o no empleada fuera de casa, sus actividades diarias se centran ante todo en las necesidades materiales, morales y espirituales de los miembros de su familia. Una mujer musulmana tiene el poder de hacer de su hogar un cielo o un infierno, según su propia piedad y sus acciones. Por eso es muy necesario tener una formación religiosa continua en casa. La dicha puede alcanzarse mediante la devoción y el cuidado constantes por temer a Al’lah y seguir el ejemplo del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él). El equilibrio y la moderación en todas las cosas son vitales para todos los aspectos de la vida en el hogar. El Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) enfatizaba el valor de una vida sencilla. Algunos de sus hadices son

  1. Un modo de vida sencillo forma parte de la Fe.
  2. Verdaderamente rico es aquel que no desea lo que otros tienen.
  3. Cuidado con el lujo, porque los verdaderos siervos de Al’lah no aman el lujo.

La cortesía y el buen comportamiento son una parte muy importante del modo de vida islámico. El Sagrado Corán dice:

“Cualquier bien que hagáis, Al’lah reconocerá su valor”. (2:198)

La esencia de la buena conducta está en la moderación, el equilibrio, la armonía, la contención, la paciencia, y el perdón. Hay cientos de formas de mostrar los modales islámicos ideales. He aquí algunos hadices del Santo Profeta:

  1. La buena conducta es la mitad de la Fe.
  2. Una acción se juzga por sus motivos.
  3. Refrena tu lengua y tus pasiones y entrarás en el Paraíso.
  4. Las buenas acciones son un escudo contra una mala muerte.
  5. Una palabra amable es caridad.
  6. Busca la exaltación a los ojos de Al’lah mediante la cortesía hacia quien se comporta de forma descortés contigo y mediante la concesión de favores a quien te priva de lo que te es debido.
  7. Honra al invitado.
  8. Quien desee ampliar sus medios o alargar sus días debe fortalecer sus lazos de parentesco.
  9. Quien come hasta saciarse mientras su prójimo pasa hambre a su lado no es un creyente.
  10. Saluda a todos por igual; tendrás paz. Es un error discriminar.
  11. Reza y visita a los enfermos.
  12. Derrama lágrimas silenciosas de dolor por los difuntos.

LEYES DIETÉTICAS ISLÁMICAS

Como con todos los asuntos que conciernen a la vida de un musulmán, usted encontrará que el islam proporciona una guía para una vida pura y saludable. El Sagrado Corán dice:

“Oh vosotros que creéis, comed de las cosas buenas que os hemos provisto, y dad gracias a Al’lah, si es a Él a Quien adoráis. Sólo os ha hecho ilícito lo que muere por sí mismo, la sangre, la carne de cerdo y aquello sobre lo que se ha invocado el nombre de otro que no sea Al’lah. Pero quien se deje llevar por la necesidad, sin ser desobediente ni sobrepasar el límite, no será pecado para él. Ciertamente, Al’lah es el Más Perdonador, el Misericordioso”. (2:173,174)

Las tres primeras categorías están prohibidas porque son perjudiciales para el cuerpo, y lo que es perjudicial para el cuerpo es perjudicial para el espíritu. La última prohibición se refiere a algo que es directamente dañino moral y espiritualmente, ya que equivale a asociar a otros con Dios. Al’lah ha dispuesto que un creyente puede consumir alimentos prohibidos si es absolutamente necesario; es decir, si se trata de una cuestión de vida o muerte.

El término halal significa “lo que es lícito”; así, la carne halal es la que ha sido sacrificada en nombre de Al’lah y de la que se ha extraído la sangre. El término haram significa lo que es ilícito, e incluye la sangre, el cerdo y el alcohol. Al’lah ha ordenado además que se coma sólo lo que es tayyib, es decir, alimentos buenos y sanos. Algo puede ser halal, pero puede no ser tayyib, y por lo tanto debe evitarse. El islam enseña que el estado del cuerpo afecta al estado del espíritu, por lo que hay que tener mucho cuidado de mantener el cuerpo sano y en forma. Además, el islam enseña que todos los alimentos deben tomarse con moderación y que nada debe permitirse nada en exceso.

No hay ninguna buena razón para no comer carne halal en todo momento, a menos que se esté en un lugar donde no se pueda conseguir. La carne halal suele conseguirse en tiendas musulmanas. Sin embargo, si no se puede conseguir, está permitido comer carne de los mercados habituales e invocar el nombre de Al’lah sobre ella antes de cocinarla y comerla.

El Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) nunca comía hasta saciarse. Él ha dicho:

  1. No matéis vuestros corazones comiendo y bebiendo en exceso.
  2. No hay peor recipiente para llenar que el estómago. Unos pocos bocados deberían bastar para mantenerse en pie. Pero si debe comer más, entonces que llene un tercio de su estómago con comida, un tercio con bebida y deje un tercio para respirar con facilidad.
  3. Cuando empieces a comer, pronuncia el nombre de Al’lah el Exaltado. Si se te olvida al principio, di “En el nombre de Al’lah el primero y el último”.
  4. No bebas licor, pues es la llave de todos los vicios.

El Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) siempre usaba su mano derecha para comer, beber y vestirse, y la izquierda para otros propósitos.

HIGIENE ISLÁMICA

El aspecto más importante de una buena higiene es la limpieza. De acuerdo con la creencia islámica de que el estado del cuerpo afecta a la mente, la limpieza física es esencial para el bienestar espiritual. Al’lah dice:

“Al’lah no desea poneros en dificultades, sino purificaros y completar Sus favores para que prosperéis”. (5:7)

La preocupación aquí es por la purificación de la mente y el alma, y el islam hace hincapié en que la pureza externa conduce a la pureza interna, al igual que la impureza externa conduce a la impureza interna.

El Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) subrayó la importancia de la limpieza. Dijo:

  1. La limpieza es la mitad de la fe.
  2. La purificación es la clave de la oración.
  3. Cuando visites a tus hermanos, arregla tu ropa y tus monturas, porque a Al’lah no le gusta la suciedad ni el desorden.

Así, si mantiene la limpieza exterior, se está preparando para la purificación interior. Una mente pura en un cuerpo puro es el objetivo del musulmán. El islam enseña dos formas de limpiar el cuerpo: la ablución y el baño.

1. Wudu (ablución)

Se hace hincapié en la limpieza en relación con el salat (oración), ya que se espera que el musulmán intente estar en estado de oración en todo momento. Con este fin, se ordena a los musulmanes realizar el lavado ritual de ciertas partes del cuerpo como preparación para el salat. El Sagrado Corán dice:

“¡Oh vosotros, los que creéis! Cuando os levantéis para la Oración, lavaos la cara y las manos hasta los codos, frotaos la cabeza con las manos mojadas y lavaos los pies hasta los tobillos.” (5:7)

La forma en que el Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) realizaba el wudu es la siguiente:

  1. Las manos se lavan hasta las muñecas tres veces.
  2. La boca se enjuaga con agua tres veces.
  3. Las fosas nasales se limpian tres veces aspirando un poco de agua en ellas y sonándose la nariz si es necesario.
  4. La cara completa se lava con agua tres veces.
  5. Se lava el brazo derecho, y luego el izquierdo, desde la muñeca hasta el codo.
  6. La cabeza se limpia por encima con las manos mojadas, y la cara interna de las orejas con los dedos índice y la externa con los pulgares.
  7. Por último, se lavan los pies hasta los tobillos, el derecho primero.

 

Aunque se puede realizar la ablución antes de cada oración, sólo se hace necesaria después de ir al baño, después de vomitar o sangrar, y después de haber estado dormido. Adquirir el hábito del wudu no sólo cumple el mandato religioso, sino que también ayuda a mantener la limpieza habitual y la autodisciplina.

Si no se dispone de agua, se puede sustituir por polvo limpio. Se pasan las manos por el polvo y luego por la cara y los brazos. Esto se llama “tayyumum“.

2. El baño

El baño es el lavado completo de todo el cuerpo. Como el islam anima a estar en constante estado de limpieza, no hace falta decir que el baño debe formar parte de la higiene diaria del musulmán. Al’lah afirma en el Sagrado Corán:

“Al’lah ama a los que se mantienen limpios”. (2:223)

Hay ciertas actividades después de las cuales los musulmanes deben tomar un baño ritual con el fin de purificarse para el salat. Éstas son: después de tener relaciones sexuales, al final del período menstrual, y tras la interrupción de la hemorragia después del parto. En estos casos, el baño debe incluir los pasos del wudu, seguidos del lavado de todo el cuerpo, incluido el cabello.

También es la sunnah del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) bañarse para prepararse para ocasiones religiosas, como las oraciones del viernes (Juma) y las oraciones de las fiestas (Eid).

Otras prácticas higiénicas

Otra práctica higiénica promovida por el islam es el lavado de las partes íntimas del cuerpo después de ir al baño. Se utiliza agua para limpiar estas zonas, y sólo debe usarse la mano izquierda para este fin. El agua ayuda a eliminar las bacterias del cuerpo y a prevenir infecciones. Las manos, por supuesto, deben lavarse bien después del proceso.

Además, se han recomendado a todos los musulmanes otras prácticas higiénicas observadas por el Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él). Entre ellas: engrasar y peinar el cabello después de lavarlo, mantener las uñas de manos y pies recortadas y limpias, y eliminar el vello corporal superfluo, incluidas las axilas y el pubis. También recomendaba el uso de perfume después del baño. A los musulmanes también se les ordena mantener su ropa limpia y aseada. La ropa, ya sea sencilla o rica, debe estar limpia y libre de suciedad.

Cuando los musulmanes practican la higiene islámica de forma correcta, se benefician de dos maneras: su pureza exterior les ayuda a alcanzar la pureza interior, y toda la sociedad se beneficia porque se pueden evitar muchos riesgos para la salud.

LA PRÁCTICA DEL HIYAB EN LA VIDA COTIDIANA

En el Capítulo 2, Cuestiones relativas a la mujer, ya ha encontrado la explicación del hiyab o parda. Una vez más, el islam hace hincapié en la relación entre el cuerpo y la mente. El uso de las prendas exteriores y el velo del cuerpo conducen al velo del corazón y lo protegen de los pensamientos impuros.

El Sagrado Corán dice a las mujeres que lleven una prenda exterior y que cubran sus pechos con el velo. También aconseja que se cubran el rostro. Sin embargo, no existe un tipo de vestimenta obligatorio para todas las musulmanas. La forma del velo adoptada varía de un país a otro. Como probablemente haya visto, las paquistaníes llevan un abrigo largo con un pañuelo en la cabeza que puede cubrir el rostro, conocido como “burka”. Las mujeres de Oriente Medio llevan la cabeza cubierta sobre vestidos largos.

Hazrat Jalifatul Masih IV, jefe supremo del Movimiento Áhmadi, ha establecido directrices claras sobre la observancia del hiyab/parda para las mujeres Áhmadis en los países occidentales. Aconseja a las mujeres nacidas y criadas en Pakistán que se han trasladado aquí, que mantengan la forma de hiyab/parda que usaban allí, es decir, el burka, con el rostro cubierto. Las mujeres que trabajan fuera de casa pueden quitarse el hiyab/parda en el trabajo, si es necesario, pero deben llevarlo en el resto de las ocasiones.

Huzur ha definido la “parda islámica mínima” como el uso de una prenda exterior holgada y un pañuelo en la cabeza. La cara puede estar descubierta, pero sin maquillaje. Esto es adecuado para las hermanas nuevas en el islam, y puede ser utilizado por otras que no pueden usar el burka completo. En general, el islam exige modestia en el vestir, con los brazos y las piernas cubiertos. La ropa debe ser holgada y las curvas del cuerpo no deben ser perceptibles, especialmente en público. Una recién llegada al islam no debe sentirse insegura por su forma de vestir, siempre que su atuendo siga el código islámico de modestia.

La conducta de una mujer musulmana es una parte muy importante de la observancia del hiyab/parda. Tanto en el trabajo como entre la familia y los amigos, la mujer musulmana debe comportarse con gran educación y decoro. Es aconsejable evitar las charlas ociosas con el sexo opuesto, las fiestas mixtas, y dar la mano al sexo opuesto.

FIESTAS Y CEREMONIAS MUSULMANAS

Todas las religiones tienen sus propios días especiales de culto, celebraciones, rituales, y observancias. Los festivales y ceremonias islámicos son también formas distintas de glorificar a Al’lah y compartir la alegría que fluye de las bendiciones de ser las “mejores personas” guiadas hacia la verdadera fe.

Algunas observancias islámicas son las siguientes:

  1. Yummah (el viernes)

El viernes es el día sagrado para el culto musulmán, con un servicio congregacional que se celebra a la hora de la oración del Zuhr. El imam pronuncia un sermón (jutba) y luego se ofrece la oración del mediodía en congregación. Esto se conoce como oración de Yummah. La asistencia es obligatoria para los hombres musulmanes, y las mujeres deben asistir siempre que puedan, ya que las bendiciones que reciben por asistir son muy grandes. En un momento determinado del servicio, los ángeles se acercan a los fieles y piden a Al’lah que bendiga especialmente a los fieles presentes en la congregación.

Antes de asistir a las oraciones de Yummah, el musulmán debe seguir la sunnah del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él) y tomar un baño completo, ponerse ropa limpia, usar perfume y evitar comer alimentos olorosos. Después de las oraciones de Yummah, los musulmanes pueden volver a sus negocios.

  1. Eid ul Fitr (Fiesta al final de Ramadán)

El final del mes sagrado de Ramadán está marcado por la fiesta del Eid ul Fitr. Este alegre día se celebra para agradecer las bendiciones del Ramadán. Los musulmanes asisten a la oración congregacional del Eid por la mañana y pasan el resto del día intercambiando saludos y regalos con familiares y amigos. Se visten con ropa nueva, cocinan deliciosos platos e invitan a amigos y vecinos a celebrarlo con ellos. El ayuno durante el Ramadán inspira simpatía por los hambrientos y necesitados, y anima a los musulmanes a donar generosamente a los necesitados.

  1. Eid ul Adha (Fiesta del Sacrificio)

Esta fiesta se celebra unas diez semanas después del Eid ul Fitr y marca la finalización del Hayy (peregrinación sagrada a La Meca). Es la fiesta del Sacrificio, que conmemora el momento en que el profeta Abraham (la paz sea con él) estaba dispuesto a sacrificar a su hijo Ismael (la paz sea con él) por Al’lah. Como resultado de la obediencia voluntaria de Abraham, Al’lah no permitió que Ismael fuera sacrificado, y un animal fue sustituido en su lugar. Los musulmanes de todo el mundo celebran su obediencia a Al’lah. En este Eid, los que pueden permitírselo sacrifican un animal y comparten la carne entre las familias, los vecinos y los necesitados.

  1. Otras ceremonias

Otras ocasiones que celebran los musulmanes son las bodas, los nacimientos y las reuniones religiosas. En las bodas suelen celebrarse la nikah (ceremonia del matrimonio) y la walimah (comida que se da a los familiares después del matrimonio). El nacimiento de un niño se celebra sacrificando un animal e invitando a los parientes amigos y a los necesitados a una fiesta llamada “Aqiqa“. Cuando un niño termina de leer el Sagrado Corán por primera vez, sus padres lo celebran con un “Amin“, en el que los amigos se unen en oración por el niño y se reparten dulces.

La Comunidad Ahmadía celebra muchos actos a escala nacional, regional y local. Estas reuniones, conocidas como yalsa (pl. iylas) e iytema (pl. iytema’at), no sólo proporcionan una gran elevación moral y espiritual, sino que también brindan a los miembros la oportunidad de encontrarse con antiguos y nuevos amigos. Algunos días que se celebran especialmente son el Yalsa Siratun Nabi (celebración del carácter ejemplar del Santo Profeta), Yalsa Masih-e-Maud (Día del Mesías Prometido), Yalsa Musleh Maud (celebración del Hijo Prometido) y Yalsa Yaum-e-Jilafat (para celebrar la misericordia de Al’lah al proporcionar las bendiciones del Jilafat). Otra celebración es la del Día de los Fundadores Religiosos, en la que se invita a personas de otras creencias a hablar de su religión y su fundador.

Los musulmanes, especialmente los Áhmadis, no celebran los cumpleaños del mismo modo que en la sociedad occidental. Un cumpleaños se considera la disminución de un año en la esperanza de vida, por lo que es motivo de oración más que de celebración. Los musulmanes participan en las fiestas nacionales, como el Día de la Independencia y el Día de Acción de Gracias, pero no celebran la Navidad, la Pascua, Halloween ni el día de San Valentín.

  1. Servicio de Yanaza (servicio funerario)

El paso de este mundo al otro y la disposición de un difunto son asuntos serios en todas las culturas y religiones. En el islam, la muerte se trata con gran dignidad. Un musulmán fallecido recibe el máximo respeto y su cuerpo es tratado según la sunnah (acción) del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él). El cuerpo recibe un baño ritual y se envuelve en dos sábanas blancas antes de introducirlo en un ataúd. Una vez preparado, se realiza el funeral. El imam dirige la oración de la yanaza, con los dolientes en fila detrás de él. Después se entierra el cuerpo, normalmente en un cementerio de la comunidad Ahmadía. La cremación no está permitida en el islam.

Si usted se ha convertido al islam, sus parientes más cercanos pueden ser cristianos o de otra confesión. Dado que su cuerpo les pertenecerá legalmente después de su muerte, debe comunicar a ellos sus deseos en cuanto a los servicios funerarios y los arreglos para el entierro. Sería aconsejable documentar sus instrucciones para el traslado y disposición de su cuerpo, y proporcionar una copia a sus familiares y a la Comunidad Ahmadía. También debería disponer de fondos destinados a estos fines. También debe informar a sus familiares de que su herencia se dividirá de acuerdo con las leyes del Sagrado Corán (4:8-13). Esto requiere un testamento islámico legalmente vinculante.

EL CONCEPTO ISLÁMICO DE HERMANDAD

Si usted es un nuevo converso al islam a través del Ahmadíat, conocerá a mujeres áhmadis de otros países. Aunque sus costumbres y su idioma pueden hacer que le parezcan extrañas, no lo son. Usted está vinculado a ellos como hermanas en la religión. Además, todas son miembros de la organización de mujeres áhmadis, la Layna Imail’lah (véase el capítulo 7 para más información).

Desde los primeros días del islam, han existido mujeres nobles y bendecidas que son un ejemplo para las mujeres musulmanas de hoy. Demostraron sus características destacadas sobresaliendo en las buenas obras. Aprendieron y luego enseñaron los ideales de su Fe a los demás, con piedad, humildad, amor, y servicio abnegado. Algunas de estas damas fueron Hazrat Jadiya y Hazrat Aisha, esposas del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Al’lah sean con él); Hazrat Nusrat Jehan, esposa del Mesías Prometido; Hazrat Amtul Hai Sahiba, Hazrat Umme Nasir Sahiba, Hazrat Maryam Sahiba y Hazrat Maryam Siddiqa, que fueron esposas del difunto Hazrat Jalifatul Masih II. Todas ellas ocuparon el cargo de Presidente de la Lajna Imail’lah Internacional.

Layna Imaillah, que significa “siervas de Al’lah”, intenta seguir el ejemplo de estas mujeres y anima a sus miembros a realizar buenas obras. Si usted asiste a las reuniones de su sección local y participa en sus actividades, llegará a sentirse parte de esta hermandad de mujeres musulmanas. Muchas mujeres áhmadis de Estados Unidos proceden de Pakistán, y muchas de ellas no hablan bien inglés. Aunque no puedan comunicarse verbalmente muy bien con usted, tenga la seguridad de que en sus corazones la consideran su hermana musulmana. Así que salúdelas cordialmente en las reuniones de Layna y verá cómo las barreras culturales y lingüísticas se van disipando poco a poco. Ten en cuenta también que algunas costumbres sociales que encontrará son culturales y no religiosas. El Sagrado Corán y los hadices definen claramente la ley islámica, por lo que no es esencial seguir servilmente la cultura ajena.

Otro aspecto de la hermandad en el islam es la relación espiritual entre usted y sus hermanas en la Fe. Esto depende de compartir deberes que promuevan la causa del islam. Esto incluye adquirir, practicar y enseñar conocimientos morales y espirituales.

Algunas sugerencias probadas y comprobadas para mejorar las relaciones de hermandad son:

  1. Recordar mucho a Al’lah a lo largo del día.
  2. Prestar atención a las cinco oraciones diarias, memorizarlas en árabe y con traducción, leer y comprender el Sagrado Corán, memorizar y practicar los hadices.
  3. Estudiar el islam con sus hermanas en la fe.
  4. Asistir regularmente a las reuniones de Yama’at y ofrecer voluntariamente sus servicios para el islam.
  5. Pagar las cuotas de la Yama’at, hacer donaciones a los necesitados.
  6. Rezar con y por sus hermanas para que los malentendidos y las diferencias culturales sean superadas amorosamente.
  7. Vestir modestamente de manera islámica.
  8. Aceptar y hacer invitaciones sociales fraternas que establezcan respeto y afecto mutuos.
  9. Aprender y utilizar frases en el idioma de sus hermanas.

PROGRESO HACIA LA REFORMA ESPIRITUAL PERSONAL

A medida que sigue el camino de la verdad y la belleza en el islam, puede que no sea fácil dejar atrás viejos hábitos y maneras. Cambiar y mejorar su forma de pensar y vivir es un gran logro que requiere una montaña de paciencia, especialmente cuando se encuentra con pruebas y reveses que ponen a prueba su fe. En este punto, la primera y mejor respuesta es buscar refugio en Al’lah mediante la adoración. En segundo lugar, concentrarse en hacer el bien a los demás, y ayudar a difundir el mensaje del islam, son métodos probados para lograr crecimiento espiritual.

En caso de duda, intente mantener su corazón, sus pensamientos y su vista firmemente enfocados en buscar refugio en Al’lah con paciencia y confianza. Al’lah reveló en el Sagrado Corán que Él responde a las oraciones de los creyentes (véase Sagrado Corán, 2:187). Incluso cuando el camino sea oscuro y lúgubre, y no esté haciendo los progresos que esperaba, ¡ni se le ocurra rendirse! Concentre sus esfuerzos en la superación personal e implore la ayuda de Al’lah.

Es posible que su familia y sus amigos se opongan a sus nuevas creencias. (Véase el Capítulo 6 – Cuestiones contemporáneas). Intente resistirse a sus esfuerzos por hacerse volver a sus antiguos hábitos. El sufrimiento y las pruebas fortalecen el progreso espiritual. Aunque cometa errores, siga rezando para ayuda, porque Al’lah es Perdonador, Misericordioso y Acepta el Arrepentimiento.

Para salvaguardar su fe, manténgase en compañía de hermanas piadosas, permanezca devota en la oración y las buenas obras. Acepte las cariñosas ofertas de apoyo de sus hermanas. Ayunar con el fin de la purificación, el arrepentimiento y el perdón ayuda a superar las debilidades. Si alguien intenta influir en usted para que se aleje del islam, háblele de la verdad y la belleza del islam, ¡e influya en él en su lugar!

Usted puede convertirse en musulmán

La Comunidad Musulmana Ahmadía le invita a conocer el proceso de volverse en un musulmán áhmadi y así conseguir la salvación.