Parte del libro “Jesús en la India“
Sección 3: Pruebas de los escritos históricos que muestran que era inevitable la venida de Jesús al Punjab y a los territorios vecinos
Surge naturalmente la pregunta de que, por qué Jesús, después de escapar de la cruz, vino a este país y qué razón le indujo a realizar un viaje tan largo. Esta pregunta requiere una respuesta detallada y creo que sería conveniente incluir en este volumen todo el tema.
Jesús y las diez tribus pérdidas de Israel
Señalemos, por tanto, que era sumamente necesario, en razón de su misión de mensajero divino, que Jesús viajara hacia el Punjab y sus cercanías ya que las diez tribus de Israel, que habían sido llamadas en los Evangelios las Ovejas Perdidas de Israel, habían emigrado a este país. Se trata de un hecho que ningún historiador ha podido negar. Era, pues, preciso que Jesús (la paz sea con él) viajara a este país y, después de halladas las ovejas perdidas, les transmitiera su mensaje divino.
De no haberlo hecho, el objetivo para el que le había enviado Dios hubiese quedado sin cumplir. Su misión era la de predicar a las Ovejas Perdidas de Israel. Su partida de este mundo sin buscar a esas ovejas perdidas o sin enseñarles —después de halladas— la salvación, habría sido como el caso de un hombre a quien su rey encargara que acudiera a una tribu salvaje para perforar un pozo y proporcionarles agua, pero que en su lugar se dirigiera a otro lugar, empleando allí tres o cuatro años sin tomar medida alguna para buscar la tribu. ¿Hubiera cumplido ese hombre la orden de su rey? No, en absoluto; más bien diríamos que, por comodidad propia, se habría despreocupado totalmente de esa tribu.
Los afganos son de origen Israelita
No obstante, si nos preguntamos cómo y por qué debe suponerse que las diez tribus de Israel llegaron a este país, la respuesta es que la evidencia en apoyo de esta tesis es tan firme e incontrovertible, que ni siquiera una persona de poco intelecto podría negarla. Es perfectamente sabido que los pueblos como los afganos y los habitantes originales de Cachemira son en realidad de origen israelita. Por ejemplo, los pueblos de Alai Kohistan, que está a dos o tres días de viaje del distrito de Hazara, se denominan a sí mismos Beni Israel desde tiempo inmemorial. De igual modo, existe otra cadena montañosa en esta región conocida como Kala Dakah, cuyos habitantes se enorgullecen de ser de origen israelita. Hay además una tribu en el mismo distrito de Hazara que atribuye su origen a Israel. De la misma manera, los pueblos de la región montañosa entre Chalas y Kabul se denominan también israelitas.
La opinión del Dr. Bernier sobre el pueblo de Cachemira, que se basa en la autoridad de algunos intelectuales ingleses y se expresa en la segunda parte de su libro Viajes, está bien fundada. Según su opinión, el pueblo de Cachemira es descendiente de Israel; sus trajes, sus rasgos y algunas de sus costumbres señalan claramente el hecho de que son sin duda alguna de origen israelita1.
Un caballero inglés llamado Georges Foster, afirma en su libro que, durante su estancia en Cachemira, creyó encontrarse en medio de una tribu de judíos2.
H.W. Bellews C.S.I, en su libro llamado Las Razas de Afganistán (19) de Thacker Spink & Co., Calcuta, menciona que los afganos procedían de Siria. Nabucodonosor los hizo prisioneros y los asentó en Persia y Media, desde donde más tarde se dirigieron a oriente y se establecieron en las colinas de Ghor, donde fueron conocidos como Beni Israel. Como evidencia de esto está la profecía del profeta Idris (Henoc) que afirma que las diez tribus de Israel que fueron hechas prisioneras escaparon de la esclavitud y se refugiaron en el territorio llamado Arsarah, que al parecer es el otro nombre de la parte conocida como Hazara, perteneciente a la región llamada Ghor.
En Tabaqat-i-Nasri, hay una narración de la conquista de Afganistán por Gengis Khan. Se afirma que, en la época de la dinastía Shabnisi, vivía allí una tribu llamada Beni Israel, entre la que había grandes negociantes y buenos comerciantes. En el año 622 d.C., cerca de la época en la que nuestro Santo Profeta Muhammadsa anunció su llamada, estos pueblos se encontraban establecidos en el territorio cercano al Este de Herat. Un jefe quraish, de nombre Khalid Bin Walid, les llevó la buena nueva de la aparición del Profetasa con el fin de colocarlos bajo el estandarte del Mensajero Divinosa. Le acompañaron cinco o seis jefes, de los que el principal era Qais, cuyo otro nombre era Kish. Después de aceptar el Islam, estos pueblos combatieron valientemente por la causa del Islam y realizaron muchas conquistas. El Santo Profetasa les ofreció muchos presentes a su regreso, les bendijo y profetizó que conseguirían un gran poder y dominio. El Santo Profetasa también profetizó que los jefes de estas tribus serían siempre conocidos como Maliks. Dio a Qais el nombre de Abdul Rashid y le confirió el título de Pathán. Algunos escritores afganos dicen que es una palabra siria que significa timón. Dado que el Qais recién convertido era guía de su tribu, actuando como el timón de un buque, se le otorgó el título de Pathan.
No es posible determinar el momento en que los afganos de Ghaur avanzaron más y se instalaron en el territorio que rodeaba Kandhar, que es actualmente su morada. Esto sucedió probablemente en el primer siglo del calendario islámico. Los afganos mantienen que Qais contrajo matrimonio con la hija de Khalid Bin Walid, de quien tuvo tres hijos cuyos nombres fueron Saraban, Patan y Gurgasht. Saraban tuvo dos hijos, llamados Sacharj Yun y Karsh Yun. Sus descendientes son conocidos como afganos o Beni Israel. El pueblo de Asia Menor y los historiadores musulmanes de occidente llaman a los afganos sulaimanis3.
En La Enciclopedia de la India y el Asia Oriental y del Sur, de Edward Balfour, Vol. III4, se afirma que el pueblo judío se extiende por la región central, sur y oriental de Asia. En épocas antiguas estos pueblos se habían establecido en gran número en China; tenían una sinagoga en Yih Chu, la capital del distrito de Shu. El Dr. Wolf, que deambuló durante mucho tiempo en busca de las ovejas perdidas de Beni Israel, es de la opinión de que los afganos son de la progenie de Jacob que proceden de las tribus de Yahuda y Bin Yamin.
Otros datos demuestran que los judíos se exiliaron al territorio de los tártaros y se encontraban en gran número en los territorios que rodeaban Bukhara, Merv y Khiva. Prester John, Emperador de Tartaria, en su carta a Alexis Comminus, el emperador de Constantinopla, escribiendo sobre sus dominios, declara que más allá del río Amu están las diez tribus de Israel que, aunque afirman que tienen su propio rey, son en realidad ciudadanos y vasallos suyos. Las investigaciones del Dr. Moor muestran que las tribus tártaras llamadas Chosan son de origen judío y que, entre ellos, pueden encontrarse trazas de la antigua fe judía. Por ejemplo, aún observan el rito de la circuncisión. Los afganos mantienen la tradición de que son las diez tribus perdidas de Israel. Después del saqueo de Jerusalén, el rey Nabucodonosor los hizo prisioneros y los instaló en el país de Ghaur, cerca de Bamiyar. Antes de la venida de Khalid Bin Walid, habían preservado la fe judía.
En su aspecto, los afganos se parecen a los judíos en todos sus rasgos. Al igual que ellos, el hermano más joven se casa con la viuda del mayor. Un viajero francés, de nombre L.P. Ferrier, que visitó Herat, afirma que en este territorio hay muchos israelitas que tienen plena libertad en la práctica de su religión5. El Rabino Bin Yamin de Toledo (España) viajó a la búsqueda de las tribus perdidas en el siglo XII d.C. Afirma que estos judíos se encuentran establecidos en China, Irán y el Tíbet. Josefus, que escribió la antigua historia de los judíos en el año 93 d.C., al hablar de los judíos que escaparon de la esclavitud con el Profeta Ezra, afirma en su undécimo libro que las diez tribus se habían instalado más allá del Eúfrates incluso en aquella época, y que su número era incontable6. Más allá del Eúfrates quiere decir Persia y los territorios orientales. San Jerónimo, que vivió en el siglo V d.C., escribiendo sobre el Profeta Oseas, afirma de pasada, en apoyo de su tesis, que a partir de aquel día las diez tribus (de los israelitas) habían estado bajo el rey Parthya o Paras, y no se habían librado de la esclavitud. En el primer volumen del mismo libro se afirma que el Conde Bjorn Stjerna escribe en la página 233-34 de su libro que los afganos admiten que Nabucodonosor, después de la destrucción del templo de Jerusalén, los exilió al territorio de Bamiyan (que se encuentra junto a Ghaur, en Afganistán).
En la página 166 del libro Una narración de una visita a Ghazni, Kabul y Afganistán de G.T. Vigne, F.G.S. (1840) se afirma que un tal Mul-lah Khuda Dad leyó en su presencia, de un libro llamado Mayma-ul-Ansab, que el hijo mayor de Jacob era Judas, cuyo hijo era Usrak; el hijo de Usrak era Aknur; el hijo de Aknur era Maalib; el de Maalib, Farlai; el de Farlai, Qais; el de Qais, Talut; el de Talut, Armea y el hijo de Armea era Afghan, cuyos descendientes son el pueblo afgano que debe su nombre al mencionado en último lugar. Afghan, contemporáneo de Nabucodonosor, fue conocido como descendiente de Israel y tuvo cuarenta hijos. En la trigésimo cuarta generación de su árbol genealógico, después de 2.000 años, nació Dais, que vivió en la época del Santo Profeta Muhammadsa Sus descendientes se multiplicaron hasta 64 generaciones7. El hijo mayor de Afghan, Salm, emigró de su casa de Siria y se estableció en Ghor Mashkok, cerca de Herat y sus descendientes se extendieron por Afganistán8.
En Una Enciclopedia de Geografía de James Bryce, F.G.S. (Londres, 1856), se afirma en la página 11 que los afganos remontan su genealogía hasta Saúl, el rey israelita, y se llaman a sí mismos descendientes de Israel. Alexander Burns afirma que los afganos se consideran a sí mismos de origen judío; que el rey Babul los hizo prisioneros y los estableció en el territorio de Ghaur, que está al noroeste de Kabul, que hasta el 622 d.C. continuaron con su propia fe judía, pero que Khalid Bin Abdullah (Abdullah se ha escrito erróneamente en lugar Walid) contrajo matrimonio con la hija de un jefe de esta tribu y les hizo aceptar el Islam ese mismo año9.
En el libro Historia de Afganistán del Coronel G.B. Malleson, publicado en Londres (1878) en la página 39 se dice que Abdullah Khan de Herat, el viajero francés llamado Friar, y Sir William Jones, un orientalista de renombre, están de acuerdo en que pueblo afgano desciende de los Beni Israel y que son los descendientes de las diez tribus perdidas10. El libro Historia de los Afganos de L. P. Ferrier11, traducido por el Capitán W. M. Jasse y publicado en Londres (1958), afirma en la primera página que la mayoría de los historiadores orientales son de la opinión de que el pueblo afgano desciende de las Diez Tribus de Israel y que esta es la opinión de los mismos afganos. El mismo historiador afirma en la página 4 de su libro que los afganos poseen pruebas de que en Pishawar, durante su invasión de la India, Nadir Shah fue obsequiado por los jefes de la tribu Yusaf-Zai con una Biblia escrita en hebreo así como con algunos otros artículos preservados por sus familias para la celebración de las ceremonias religiosas de su antigua fe. Había también judíos en el campamento de Nadir Shah, quienes, al ver los artículos, los reconocieron fácilmente.
Este mismo historiador afirma también en la página 4 de su libro que, en su opinión, la teoría de Abdullah Khan es muy fiable. Brevemente expuesta, esta teoría es la siguiente:
Malik Talut (Saúl) tuvo dos hijos: Afghan y Jalut. Afghan fue el patriarca de este pueblo. Después de los reinados de David y Salomón, las tribus israelitas comenzaron a luchar entre sí. Como resultado, cada tribu se separó del resto. Este estado de cosas continuó hasta la época de Nabucodonosor, que los invadió y mató a 70.000 judíos. Saqueó la ciudad, llevándose a los judíos restantes con él a Babel como prisioneros. Después de esta catástrofe, los hijos de Afgan huyeron aterrorizados de Judea a Arabia y permanecieron allí durante mucho tiempo. Pero dado que el agua y la tierra escaseaban y los hombres y los animales sufrían graves dificultades, decidieron emigrar a la India. Una parte de los Abdalis permanecieron en Arabia y, durante el Jalifato de Hazrat Abu Bakr, uno de sus jefes estableció lazos por matrimonio con Khalid Bin Walid… Cuando Persia pasó a Arabia, estos pueblos emigraron de Arabia y se establecieron en las provincias iraníes de Faras y Kirman. Allí permanecieron hasta la invasión de Gengis Khan. Como los Abdalis se sentían impotentes frente a las atrocidades de Gengis Khan, marcharon a la India a través Makran, Sind y Multán. Pero tampoco encontraron allí la paz. Por último llegaron a Koh Sulaiman y se establecieron allí. Los demás miembros de la tribu de Abdalis se unieron también a ellos. Formaban 24 tribus, todas descendientes de Afghan, quien tuvo tres hijos, Saraband (Saraban), Arkash (Gargasht) y Karlan (Batan). Cada uno de ellos tuvo ocho hijos que se multiplicaron formando veinticuatro tribus, recibiendo cada tribu el nombre de cada hijo. Los nombres de las tribus y de los hijos son los siguientes12:
Relación de las 24 tribus de los Abdalis:
Hijos de Saraband | Nombre de la tribu |
---|---|
Abdal | Abdali |
Babur | Baburi |
Wazir | Waziri |
Lohan | Lohani |
Barch | Barchi |
Khugiyan | Khugiyani |
Sharan | Sharani |
Hijos de Gargasht (Arkash) | Nombre de la tribu |
---|---|
Khilj | Khilji |
Kaker | Kakari |
Jamurin | Jamurini |
Saturiyan | Saturiyani |
Peen | Peeni |
Kas | Kasi |
Takan | Takani |
Nassar | Nassari |
Hijos de Karlan | Nombre de la tribu |
---|---|
Khatak | Khataki |
Afrid | Afridi |
Tur | Turi |
Zaz | Zazi |
Bab | Babi |
Banganesh | Banganeshi |
Landipur | Landipuri |
Khatak | Khataki |
El libro Makhzan-i-Afghani13, de Khawaja Nimatullah de Herat, fue escrito en 1018 de la Hégira durante el reinado del Emperador Jahangir, y fue traducido y publicado por el Profesor Bernhard Doran de la Universidad de Kharkov en 1836 en Londres. Contiene las siguientes afirmaciones en los capítulos que se mencionan a continuación:
En el capítulo I está la historia de Jacob Israel con quien comienza la genealogía de los afganos.
En el capítulo II está la historia del Rey Talut; es decir, que la genealogía de los afganos se remonta hasta Talut. En las páginas 22 y 23 se afirma: Talut tuvo dos hijos: Barkhiya y Armiyah. Barkhiya tuvo un hijo, Asaf, y Armiah, tuvo a Afghan y en la página 24 se menciona que Afghan tuvo veinticuatro14 hijos y ninguno de entre los israelitas se pudo comparar en número con los descendientes de Afghan. En la página 6515 se afirma que Nabucodonosor ocupó todo Sham (Siria), etc., exilió a las tribus israelitas y las obligó a establecerse en las regiones montañosas de Ghaur, Ghazni, Kabul, Kandhar y Koh Firoz, en donde los descendientes de Asaf y Afghan particularmente establecieron su morada.
El tercer capítulo contiene la declaración de que cuando Nabucodonosor expulsó a los israelitas de Siria, algunas tribus que eran descendientes de Asaf y Afghan se refugiaron en Arabia. Los árabes solían dirigirse a ellas como Beni Israel y Beni Afgan16.
En las páginas 37 y 38 del mismo libro, basándose en la autoridad del autor de Majma-ul-Ansab y de Mastaufi, el autor de Tarikh Buzidah, se afirma que, en vida del Santo Profeta Muhammadsa, Khalid Bin Walid invitó al Islam a los afganos, los cuales, después de la invasión de Nabucodonosor, habían establecido su residencia en el territorio de Ghor. Los jefes de los afganos, bajo el mando de Qais, que fue descendiente de Talut en trigésimo grado, acudieron a rendir homenaje al Santo Profetasa. El Santo Profetasa puso el nombre de Abdul Rashid a Qais (aquí se menciona la genealogía de Abdul Rashid Qais hasta Talut-Saúl). El Santo Profetasa también concedió a los jefes el título de Pathan, cuyo significado es “timón del buque”. Después de algún tiempo, los jefes volvieron a su territorio y empezaron a predicar el Islam.
En ese mismo libro, Makhzan-i-Afghan, se recoge en la página 63 que Farid-ud-Din Ahmad realiza la siguiente afirmación en cuanto a los títulos de Beni Afghanah o Beni Afghan, en su libro Rasalah Ansab-i-Afghaniyah:
“Después de que Nabucodonosor, el Magiano, sometiera a los israelitas, conquistara los territorios de Sham y saqueara Jerusalén, se llevó prisioneros a los israelitas y los exilió como esclavos. Se llevó con él varias de sus tribus que seguían la ley mosaica y les ordenó renunciar a su fe ancestral y adorarlo a él en lugar de a Dios, a lo que se negaron. En consecuencia, Nabucodonosor mató a dos mil de los más inteligentes y sabios de entre ellos, y ordenó al resto que salieran de su reino y de Siria. Algunos de ellos abandonaron el territorio de Nabucodonosor bajo el liderazgo de un jefe y se dirigieron a las colinas de Ghaur. Sus descendientes se instalaron en aquel lugar, se multiplicaron rápidamente y empezaron a llamarse Beni Israel, Beni Asaf y Beni Afghan.”
En la página 64, el mismo autor afirma que registros fidedignos como Tarikh-i-Afghani, Tarikh-i-Ghauri, etc., contienen la afirmación de que los afganos son en su mayoría Beni Israel, y algunos de ellos son de origen copto. Además, Abul Fazl declara también que algunos afganos se consideraban de origen egipcio, siendo la razón expuesta por ellos que, cuando los Beni Israel volvieron a Egipto desde Jerusalén, esta tribu, a saber, los afganos, emigró a la India. En la página 64, Farid-u-Din Ahmad escribe sobre el título “afgano”:
“Existe constancia de que algunos escritores han mencionado que, después del exilio (de Siria) solían siempre “lamentarse y llorar” (faghan) en recuerdo de su hogar. Por esta razón fueron llamados afganos17”.
Sir John Malcolm es también de la misma opinión; véase Historia de Persia, Vol. I, página 101.
En la página 63 se contiene la afirmación de Mahabat Khan:
“Dado que son seguidores y familiares de Salomón, son llamados Sulaimanis por los árabes”.
En la página 65 está escrito que las investigaciones de casi todos los historiadores orientales muestran que la propia opinión del pueblo afgano es que son de origen judío. Algunos historiadores actuales han adoptado la misma opinión y la consideran verdadera o casi verdadera.
La opinión del traductor Bernard Dorn —de que la adopción de nombres judíos por los afganos se debe a su aceptación del Islam— no se apoya en ninguna prueba. En el noroeste y el oeste del Punjab hay tribus de origen hindú que se han hecho musulmanes pero cuyos nombres no pertenecen a pueblos judíos, lo que demuestra claramente que los pueblos no adoptan necesariamente nombres judíos por el hecho de hacerse musulmanes.
Los rasgos faciales y costumbres de los afganos
El que los afganos tengan una notable semejanza con los judíos en cuanto a sus rasgos faciales es un hecho admitido incluso por los estudiosos que no adoptan la opinión de que los afganos son de origen judío. Esta es la única prueba sólida que establece que los afganos son de origen judío. A este respecto, estas son las palabras de Sir John Malcolm:
“Aunque es muy dudoso su derecho a esta orgullosa ascendencia (judía), por su aspecto personal y muchas de sus costumbres, es evidente que ellos (los afganos) son una raza distinta de los persas, tártaros e indios y sólo esto parece dar cierta credibilidad a la afirmación afgana, que, por otro lado se contradice por muchos datos sólidos, y de la que no se ha presentado prueba directa. Si la semejanza de los rasgos étnicos entre un pueblo y otro pudiera indicar algo, se diría ciertamente que los habitantes de Cachemira, con sus rasgos judíos, son de origen judío. Esto no sólo lo ha mencionado Bernier, sino también Forster, y tal vez otros autores.”
Aunque Forster no acepta la opinión de Bernier, admite que cuando estuvo entre los habitantes de Cachemira, pensó que se encontraba en un pueblo judío18.
Respecto a la palabra “Cashmiri”, puede leerse lo siguiente en la página 250 del Diccionario de geografía de Johnston:
Los nativos tienen un cuerpo robusto y alto, con rasgos muy salientes; las mujeres bien formadas y esbeltas, con nariz aquilina y rasgos similares a los de los judíos19.
La Gaceta Civil y Militar (23 de noviembre de 1898, pág 4) bajo el título “Sawati y Afridi”, reproduce un informe muy valioso e interesante presentado ante la Sección Antropológica de la Asociación Británica en una de sus recientes reuniones y que será leída en la sesión de invierno ante el Comité sobre Investigación Antropológica. El informe dice lo siguiente:
Los Pathan o Paktan originales, habitantes de estas puertas occidentales de la India, son reconocidos en la historia más antigua, habiendo sido mencionadas muchas de las tribus por Heródoto y los historiadores de Alejandro. En tiempos medievales, sus montañas ásperas y sin cultivar eran denominadas Roh, y sus habitantes Rohilas, y es indudable que la mayoría de estas primeras tribus Rohila o Pathan estaban ya instaladas allí mucho antes de que se pensara en las tribus afganas que vinieron después. Todos los afganos se consideran ahora de cualquier modo Pathanes, porque todos hablan el idioma pathan, pashto, pero no reconocen ninguna descendencia directa con los primeros, sino que afirman ser Beni Israel, es decir, descendientes de las tribus que fueron llevadas cautivas a Babilonia por Nabucodonosor. No obstante, todos ellos adoptaron la lengua pashto y reconocieron el mismo código de normas civiles llamado Paktanwali, que, en muchas de sus disposiciones, sugiere curiosamente tanto la antigua ley mosaica como las más viejas tradiciones de las razas Rajput.
Por lo tanto, los pathanes, que han acaparado un especial interés por parte nuestra, podrían ser divididos en dos grupos importantes; por un lado, las tribus y clanes de origen indio, como los Waziris, Afridis, Orakzais, etc. y, por otro, los que son de origen afgano, que afirman ser semitas y representan la raza dominante a lo largo de nuestra frontera. Parece que es posible que el paktanwali, un código no escrito reconocido por todos ellos pueda ser de origen mixto, pues podemos encontrar en él la ley mosaica enraizada con tradiciones de los Rajput y modificadas por las costumbres musulmanas. Los afganos, que se llaman a sí mismos Duranis —nombre que se atribuyen desde la fundación del Imperio Durani, hace alrededor de siglo y medio–— afirman que descienden de las tribus israelitas a través de un antecesor llamado Kish (Qais), a quien el Profeta Mahometano dio el nombre de Pathan (que en sirio significa timón), porque debía dirigir a su pueblo a las filas del Islam…
Es difícil explicar la frecuencia universal de nombres israelitas entre los afganos sin admitir algunas relaciones con la nación israelita. Aún más difícil es explicar ciertas costumbres, como por ejemplo, la observación de la Fiesta del Paso (que, en el caso de la raza afgana, al menos es curiosamente muy bien imitada) o la persistencia con la que los afganos menos cultos mantienen la tradición, sin ninguna base original real para ello. Bellew considera que esta relación israelita podría ser auténtica; pero señala que al menos una de las tres grandes ramas de la familia afgana que se derivó tradicionalmente de Kish, tiene el nombre de Sarabaur, que no es más que la forma pashto del antiguo nombre aplicado a la raza solar de Rajput, cuyas colonias se sabe que emigraron a Afganistán después de su derrota por los Chandrabans, en la batalla de Mahabharat, por los primeros escritos indios. Por tanto, los afganos tal vez fuesen israelitas absorbidos en antiguas tribus de Rajput, y esta me ha parecido siempre la solución más probable al problema de su origen. De cualquier modo, el afgano moderno considera, basándose en la tradición, que es uno de la razas elegida, descendiente de Abraham, y solo reconoce la afinidad con otros pathanes a través de un lenguaje común y un código común de costumbre tribal.
Todas estas citas de libros de escritores muy conocidos, si se consideran globalmente, convencerán al lector imparcial de que los afganos y habitantes de Cachemira, que pueden encontrarse en la India, en la frontera y en sus cercanías, son realmente Beni Israel. En la segunda parte de este libro, Dios mediante, demostraré con más detalle que el objeto final del largo viaje de Jesús a la India fue el de cumplir su tarea de predicar a todas las tribus israelitas, un hecho al que había aludido en los Evangelios. No es, pues, sorprendente, que llegara a la India y a Cachemira. Sería, por el contrario, sorprendente que, sin cumplir su tarea como profeta, hubiese subido a los cielos. Aquí terminamos esta parte de la exposición. La paz sea con aquellos que siguen el camino recto.
MIRZA GHULAM AHMAD
El Mesías Prometido
Qadian, Distrito de Gurdaspur
Usted puede convertirse en musulmán
La Comunidad Musulmana Ahmadía le invita a conocer el proceso de volverse en un musulmán áhmadi y así conseguir la salvación.
Notas a pie de página
- Véase Apéndice, extracto 10. (Editores)
- Véase Apéndice, extracto 11. (Editores)
- Véase Apéndice, extracto 12. (Editores)
- Debería ser volumen I, tercera edición. (Editores)
- Véase apéndice, extracto 13, 14 y 15. (Editores)
- Véase Apéndice, extracto 16. (Editores)
- Debería leerse como 66. (Editores)
- Véase Apéndice, extracto 17. (Editores)
- Véase Apéndice, extracto 18. (Editores)
- Véase Apéndice, extracto 19. (Editores)
- Debería ser J. P. Ferrier (Joseph Pierre Ferrier). (Editores)
- Véase Apéndice, extracto 20. (Traductor)
- Debería leerse como “cuarenta” como se menciona en el extracto 21 del Apéndice. (Editores)
- Véase la página 3 del prefacio del autor. Este libro es un resumen de crónicas auténticas como TarijeTibri, Majmaul Ansaab, Gazida Jahankushai, Matlaul Anwar y Maadane Akbar. (Autor)
- Se trata de una errata, que debería leerse como página 25. Véase Apéndice, extracto 21. (Editores)
- Significa los hijos de Israel y los hijos de Afgan. (Editores)
- Significa que el título “Afgan” es una combinación de dos palabras persas: “Aah” (lamento) y “Faghan” (grito o dolor). (Editores)
- Véase Apéndice, extracto 21. (Editores)
- Véase Apéndice, extracto 22. (Editores)