Parte del libro “La Yihad por la Espada: Finalidad, Historia, y Metodología“
Primer versículo coránico relativo a la yihad
Los historiadores escriben que el primer versículo coránico relativo a la Yihād por la espada fue revelado al Santo Profetasa el 12 Ṣafar 2 d.H.1, o 15 de agosto de 623 d.C., cuando había transcurrido un período de aproximadamente un año desde la llegada del Santo Profetasa a Medina. Ese versículo es el siguiente:
اُذِنَ لِلَّذِیۡنَ یُقٰتَلُوۡنَ بِاَنَّہُمۡ ظُلِمُوۡا ؕ وَاِنَّ اللّٰہَ عَلٰی نَصۡرِہِمۡ لَقَدِیۡرُ ﴿ۙ﴾ الَّذِیۡنَ اُخۡرِجُوۡا مِنۡ دِیَارِہِمۡ بِغَیۡرِ حَقٍّ اِلَّاۤ اَنۡ یَّقُوۡلُوۡا رَبُّنَا اللّٰہُ ؕ وَلَوۡلَا دَفۡعُ اللّٰہِ النَّاسَ بَعۡضَہُمۡ بِبَعۡضٍ لَّہُدِّمَتۡ صَوَامِعُ وَبِیَعٌ وَّصَلَوٰتٌ وَّمَسٰجِدُ یُذۡکَرُ فِیۡہَا اسۡمُ اللّٰہِ کَثِیۡرًا ؕ وَلَیَنۡصُرَنَّ اللّٰہُ مَنۡ یَّنۡصُرُہٗ ؕ اِنَّ اللّٰہَ لَقَوِیٌّ عَزِیۡزٌ
“Se concede permiso para luchar a los musulmanes contra los que los incrédulos han empuñado la espada porque ellos (es decir, Y si Al’lah el Exaltado no repeliera a unos hombres por medio de otros (concediendo permiso para la guerra defensiva), seguramente se habrían derribado claustros pertenecientes a monjes e iglesias cristianas y sinagogas judías y mezquitas, en las que se conmemora a menudo el nombre de Dios. Y Al’lah el Exaltado seguramente ayudará a quien Le ayude. Sin duda, Al’lah el Exaltado es Poderoso, Poderoso”. (Al-Ḥajj 22:40-41)
La claridad y lucidez con que estos versículos del Sagrado Corán exponen el propósito fundamental de las guerras islámicas iniciales y el estado de los musulmanes en aquel momento no requiere explicación. Si uno contempla, cuatro cosas son evidentes a partir de este versículo.
En primer lugar, que en esta guerra fueron los incrédulos quienes dieron el primer paso, como se desprende de la palabra یُقٰتَلُوۡنَ (se lucha contra ellos).
En segundo lugar, que los incrédulos agraviaron gravemente a los musulmanes, y fueron estas mismas crueldades la causa de la guerra, como se ha mencionado en las palabras, بِاَنَّہُمۡ ظُلِمُوۡا (porque han sido agraviados).
En tercer lugar, el propósito de los Quraish era aniquilar la religión del Islām como indica la palabra لَّہُدِّمَتۡ (habrían sido destruidos).
En cuarto lugar, el propósito de los musulmanes al anunciar la guerra era la autodefensa y la protección, como se indica en las palabras لَوۡلَا دَفۡعُ اللّٰہِ النَّاسَ (Si Al’lah no repeliera a los hombres).
Por lo tanto, este versículo del Sagrado Corán, que es el primer versículo sobre la Yihād por la espada, afirma con extrema claridad que fueron los incrédulos quienes habían iniciado estas guerras, y deseaban expurgar el Islām por la fuerza. Eran los musulmanes quienes habían sido agraviados, y fue sólo en defensa propia y para protegerse que tomaron la espada. Creo que este único verso es una respuesta suficiente a todas esas acusaciones que han sido levantadas por los oponentes del Islām, en relación con la Yihād por la espada. Si sólo uno elige entender.
El Sagrado Corán como la prueba histórica más auténtica
En este momento, puede surgir en el corazón de alguien la duda de que, siendo el Corán la escritura religiosa de los propios musulmanes, cómo puede darse a su testimonio tal rango como para basar en él un relato histórico tan significativo. La respuesta es que tal duda sólo puede surgir en el corazón de una persona que ignora por completo la ciencia de la historia y la literatura islámica. La importancia del Sagrado Corán es tal que ningún otro registro de la historia islámica posee valor alguno en comparación con él. En comparación con el Sagrado Corán, ¿qué peso podrían tener las narraciones del Ḥadīth y la historia, a pesar del amplio escrutinio de los Muḥaddithīn (eruditos del Ḥadīth) e historiadores? No se trata de una mera proclamación tendenciosa, sino de una verdad evidente, aceptada tanto por amigos como por enemigos. El hecho es que aquí no se trata de una cuestión religiosa, por la que un no musulmán pueda rechazar la idea del Corán diciendo que no cree que las enseñanzas coránicas provengan de Dios. Más bien, en esta ocasión, se trata de una cuestión de testimonio histórico. Como tal, se acepta que el testimonio histórico más auténtico y genuino es aquel que es de la época en la que un suceso ha tenido lugar, es relatado por aquellas personas ante las que el suceso ha tenido lugar, es puesto por escrito inmediatamente y entonces permanece puro de todo tipo de interpolación después también. El estándar del que goza el Sagrado Corán en este aspecto no lo tiene ningún otro libro. El Sagrado Corán no sólo fue puesto por escrito en la era del Profetasa, sino que muchos Ḥuffāẓ (Personas que han memorizado el Sagrado Corán) habían preservado cada una de sus palabras en sus mentes. A partir de entonces, ha permanecido puro de todo tipo de interpolación hasta el día de hoy, y está presente incluso hoy, en la forma y condición exactas como en la época del Santo Profetasa, y los Compañeros. Como esto es un hecho aceptado, no deseo dedicar demasiado tiempo a esta discusión, de lo contrario habría hablado de lo magnífico que es realmente el estatus de la autenticidad del Sagrado Corán, y de cómo es un insulto a la verdad presentar cualquier otro testimonio en comparación con él. Presento dos testimonios, meramente a modo de ejemplo, e incluso son de tales personas que son críticos del Islām.
وَ الْفَضْلُ مَا شَھِدَتْ بِهِ الْاَعْدَاءُ
(Proverbio árabe que significa: “La verdadera superioridad es aquella de la que dan testimonio incluso los enemigos”)
Sir William Muir, que fue un famoso historiador inglés, y cuyo libro sobre la vida del Santo Profetasa es quizá el más difundido entre toda la literatura occidental sobre este tema, escribe en su libro ‘La vida de Mahoma’:
“Podemos afirmar con la mayor presunción que cada verso del Corán es la composición genuina e inalterada del propio Mahoma”.
Luego escribe:
“Comparar (como los musulmanes son aficionados a hacer) su texto puro, con las diversas lecturas de nuestras Escrituras, es comparar cosas entre la historia y los puntos esenciales de los cuales no hay analogía.”
Luego escribe:
“Por lo demás, hay toda seguridad, interna y externa, de que poseemos un texto igual al que Mahoma mismo dio a conocer y utilizó.”2
Debe recordarse que Sir William Muir no se encuentra entre los amigos del Islām, más bien, en innumerables ocasiones, ha realizado graves ataques contra el Islām y el Fundador del Islām. El Corán, sin embargo, es de una grandeza tan elevada que no puede ser manchado por el prejuicio de una sola persona.
Nöldeke, que fue un orientalista cristiano-alemán muy renombrado, y que es aceptado como una autoridad en este campo, escribe con respecto al Corán:
“El Corán actual es exactamente el mismo que en la época de los compañeros del Profeta”.
Luego afirma:
“Todos los esfuerzos de los eruditos europeos por demostrar la existencia de esta última interpolación en el Corán han fracasado”.3
Este es el testimonio de la gente de Occidente en cuanto a la autenticidad general del Sagrado Corán. Sin embargo, desde una perspectiva histórica, Sir William Muir escribe:
“El Corán se convierte en la base y la prueba de todas las indagaciones sobre el origen del Islām y el carácter de su fundador”.4
Luego afirma:
“De la biografía de Mahoma, el Corán es la piedra angular”.5
Luego, el profesor Nicholson, que es un orientalista cristiano-británico, y cuyo libro ‘Historia Literaria de los Árabes’ ha sido ampliamente publicado y presentado, escribe en su libro:
“Aquí [es decir, en el Sagrado Corán] tenemos materiales de autoridad única e incontestable para rastrear el origen y el desarrollo temprano del Islām – tales materiales como no existen en el caso del budismo o el cristianismo o cualquier otra religión antigua.”6
Por lo tanto, el Sagrado Corán es un registro completamente honesto y más auténtico de la historia islámica temprana, y posee un rango que no disfrutan Ḥadīth, Sīrat (biografía del Profeta Muhammadsa), o la historia. Así, cuando el Sagrado Corán afirma muy clara e invariablemente en este versículo, que fue el primero en ser revelado permitiendo la Yihād por la espada, que fueron los incrédulos los instigadores y los musulmanes sólo tomaron la espada en defensa propia, buscar pruebas de la instigación musulmana, mediante una argumentación endeble y débil, no puede considerarse una acción honesta.
Algunos versículos adicionales del Corán acerca de la Yihād
En esta ocasión, parece apropiado registrar varios otros versos del Sagrado Corán también sobre la Yihād por la espada, que fueron revelados a el Santo Profetasa de vez en cuando. La razón es que arrojan tal luz sobre las circunstancias de estas primeras guerras islámicas, como no puede alcanzarse en ningún otro lugar. Al’lah el Exaltado declara:
وَقَاتِلُوۡا فِیۡ سَبِیۡلِ اللّٰہِ الَّذِیۡنَ یُقَاتِلُوۡنَکُمۡ وَلَا تَعۡتَدُوۡا ؕ اِنَّ اللّٰہَ لَا یُحِبُّ الۡمُعۡتَدِیۡنَ ﴿﴾ وَاقۡتُلُوۡہُمۡ حَیۡثُ ثَقِفۡتُمُوۡہُمۡ وَاَخۡرِجُوۡہُمۡ مِّنۡ حَیۡثُ اَخۡرَجُوۡکُمۡ وَالۡفِتۡنَۃُ اَشَدُّ مِنَ الۡقَتۡلِ ۚ وَلَا تُقٰتِلُوۡہُمۡ عِنۡدَ الۡمَسۡجِدِ الۡحَرَامِ حَتّٰی یُقٰتِلُوۡکُمۡ فِیۡہِ ۚ فَاِنۡ قٰتَلُوۡکُمۡ فَاقۡتُلُوۡہُمۡ ؕ کَذٰلِکَ جَزَآءُ الۡکٰفِرِیۡنَ ﴿﴾ فَاِنِ انۡتَہَوۡا فَاِنَّ اللّٰہَ غَفُوۡرٌ رَّحِیۡمٌ ﴿﴾ وَقٰتِلُوۡہُمۡ حَتّٰی لَا تَکُوۡنَ فِتۡنَۃٌ وَّیَکُوۡنَ الدِّیۡنُ لِلّٰہِ ؕ فَاِنِ انۡتَہَوۡا فَلَا عُدۡوَانَ اِلَّا عَلَی الظّٰلِمِیۡنَ
“¡Oh, musulmanes! Y luchad en la causa de Al’lah contra aquellos que luchan contra vosotros, pero no transgredáis, porque Al’lah no ama a los transgresores. Y combatid a los infieles que os combaten dondequiera que los encontréis. Y expulsadlos de donde os hayan expulsado, es decir, allí donde deseen abolir por la fuerza vuestra influencia, oponeros a ellos. Sin duda, la persecución que esta gente inflige es mucho peor que matar. Y no luches contra ellos en la zona del Ḥaram.1 Pero si inician la guerra contra ti en el Ḥaram, sin duda también debes luchar contra ellos allí: tal es el castigo para los desagradecidos. Y si los incrédulos desisten, sabed que ciertamente Al’lah es el Más Perdonador, el Misericordioso. Y ¡oh musulmanes! combatid a los incrédulos hasta que no haya persecución en la tierra y la religión se profese libremente por Al’lah, es decir, no quede temor a nadie salvo a Dios en materia de religión y cada individuo pueda profesar la fe que desee con libertad de conciencia. Pero si estos incrédulos desisten de la guerra, entonces tú también deberías desistir inmediatamente. Recordad que no está permitida la hostilidad sino contra los agresores”. (Al-Baqarah, 2:191-194)
El significado de este versículo también es muy claro, y se hace evidente que a los musulmanes sólo se les dio permiso para la Yihād contra aquellas personas que luchaban contra ellos en materia de religión, y deseaban revertirlos de su fe a fuerza de espada. Además, también se ordenó a los musulmanes que, si estos incrédulos desistían de la guerra, ellos también debían retirarse inmediatamente. Además, la sabiduría detrás de la guerra también se ha mencionado en este versículo, y es para que la persecución ya no permanezca en la tierra y se pueda establecer la libertad religiosa.
Luego Él declara:
وَاِنۡ جَنَحُوۡا لِلسَّلۡمِ فَاجۡنَحۡ لَہَا وَتَوَکَّلۡ عَلَی اللّٰہِ ؕ اِنَّہٗ ہُوَ السَّمِیۡعُ الۡعَلِیۡمُ
“Y si estos incrédulos se inclinan hacia la paz, entonces ¡oh Mensajero! tú también deberías inclinarte hacia ella, y poner tu confianza en Al’lah. Ciertamente, Él es Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe”. (Al-Anfāl 8:62)
Luego afirma:
اِنَّ الَّذِیۡنَ اٰمَنُوۡا وَہَاجَرُوۡا وَجٰہَدُوۡا بِاَمۡوَالِہِمۡ وَاَنۡفُسِہِمۡ فِیۡ سَبِیۡلِ اللّٰہِ وَالَّذِیۡنَ اٰوَوۡا وَّنَصَرُوۡۤا اُولٰٓئِکَ بَعۡضُہُمۡ اَوۡلِیَآءُ بَعۡضٍ ؕ وَالَّذِیۡنَ اٰمَنُوۡا وَلَمۡ یُہَاجِرُوۡا مَا لَکُمۡ مِّنۡ وَّلَایَتِہِمۡ مِّنۡ شَیۡءٍ حَتّٰی یُہَاجِرُوۡا ۚ وَاِنِ اسۡتَنۡصَرُوۡکُمۡ فِی الدِّیۡنِ فَعَلَیۡکُمُ النَّصۡرُ اِلَّا عَلٰی قَوۡمٍۭ بَیۡنَکُمۡ وَبَیۡنَہُمۡ مِّیۡثَاقٌؕ وَاللّٰہُ بِمَا تَعۡمَلُوۡنَ بَصِیۡرٌ
“Y quienes han creído pero no han emigrado, es decir, no os apoyan en vuestras aflicciones, no tienen derecho a vuestra amistad política. Sin embargo, si buscan vuestra ayuda en materia de religión, entonces es vuestro deber ayudarles, excepto contra aquellos incrédulos entre los que y vosotros hay un tratado. Y, ¡oh creyentes! Sedes conscientes de que Dios, el Exaltado, ve lo que hacéis”. (Al-Anfāl 8:73)
Luego afirma:
وَلَا تَقۡرَبُوۡا مَالَ الۡیَتِیۡمِ اِلَّا بِالَّتِیۡ ہِیَ اَحۡسَنُ حَتّٰی یَبۡلُغَ اَشُدَّہٗ ۪ وَاَوۡفُوۡا بِالۡعَہۡدِ ۚ اِنَّ الۡعَہۡدَ کَانَ مَسۡـُٔوۡلًا
“Y cumplid el pacto; porque ciertamente seréis responsables ante Dios con respecto al pacto”. (Banī Isrā’īl 17:35)
Luego afirma:
لَا یَنۡہٰٮکُمُ اللّٰہُ عَنِ الَّذِیۡنَ لَمۡ یُقَاتِلُوۡکُمۡ فِی الدِّیۡنِ وَلَمۡ یُخۡرِجُوۡکُمۡ مِّنۡ دِیَارِکُمۡ اَنۡ تَبَرُّوۡہُمۡ وَتُقۡسِطُوۡۤا اِلَیۡہِمۡ ؕ اِنَّ اللّٰہَ یُحِبُّ الۡمُقۡسِطِیۡنَ ﴿﴾ اِنَّمَا یَنۡہٰٮکُمُ اللّٰہُ عَنِ الَّذِیۡنَ قٰتَلُوۡکُمۡ فِی الدِّیۡنِ وَاَخۡرَجُوۡکُمۡ مِّنۡ دِیَارِکُمۡ وَظٰہَرُوۡا عَلٰۤی اِخۡرَاجِکُمۡ اَنۡ تَوَلَّوۡہُمۡ ۚ وَمَنۡ یَّتَوَلَّہُمۡ فَاُولٰٓئِکَ ہُمُ الظّٰلِمُوۡنَ
“Al’lah no os prohíbe, con respecto a aquellos que no han luchado contra vosotros a causa de vuestra religión, y que no os han expulsado de vuestros hogares, que seáis amables con ellos y actuéis equitativamente con ellos y mostréis benevolencia; ciertamente Al’lah el Exaltado ama a aquellos que son equitativos y benevolentes. Al’lah el Exaltado sólo os prohíbe que os hagáis amigos de quienes os han combatido a causa de vuestra religión, y os han expulsado de vuestros hogares, y han ayudado a otros a expulsaros. Y quien se haga amigo de ellos, esos son los transgresores”. (Al-Mumtaḥinah 60:9-10)
Luego afirma:
یٰۤاَیُّہَا الَّذِیۡنَ اٰمَنُوۡا کُوۡنُوۡا قَوّٰمِیۡنَ لِلّٰہِ شُہَدَآءَ بِالۡقِسۡطِ ۫ وَلَا یَجۡرِمَنَّکُمۡ شَنَاٰنُ قَوۡمٍ عَلٰۤی اَلَّا تَعۡدِلُوۡا ؕ اِعۡدِلُوۡا ۟ ہُوَ اَقۡرَبُ لِلتَّقۡوٰی ۫ وَاتَّقُوا اللّٰہَ ؕ اِنَّ اللّٰہَ خَبِیۡرٌۢ بِمَا تَعۡمَلُوۡنَ
“¡Oh vosotros que creéis! estableced la equidad y la justicia en el mundo por amor de Al’lah; y no dejéis que la enemistad de un pueblo os incite a actuar injustamente con él. Antes bien, sed siempre justos y equitativos, incluso con vuestro enemigo, pues la justicia y la equidad son requisitos de la virtud. Y teme a Al’lah. Y recuerda que Al’lah vigila de cerca tus actos”. (Al-Mā’idah 5:9)
Algunas narraciones fundamentales relevantes a la Yihād por la espada
Lo anterior es una exposición del Sagrado Corán, y después de una elaboración coránica no queda ninguna necesidad de ninguna explicación adicional. Sin embargo, en la consideración de que no sea que una persona sea llevada a dudar de que tal vez el relato histórico general está en desacuerdo con el Corán, en esta coyuntura, parece apropiado incluir tales narraciones que arrojan luz fundamental sobre las guerras iniciales del Islām. Así, se narra que el Santo Profetasa decía a los Compañeros:
أَيُّهَا النَّاسُ، لاَ تَتَمَنَّوْا لِقَاءَ الْعَدُوِّ، وَسَلُوا اللَّهَ الْعَافِيَةَ، فَإِذَا لَقِيتُمُوهُمْ فَاصْبِرُوا
“¡Oh, musulmanes! no debéis desear luchar contra el enemigo, y permaneced deseosos de la paz y la seguridad de Dios. Sin embargo, si, en contra de vuestro deseo, os veis obligados a luchar contra un enemigo, demostrad firmeza.”
Esto demuestra claramente que, a pesar de que los incrédulos habían anunciado la guerra, de que el Profeta había aceptado su desafío y de que la guerra había comenzado, se ordenó a los musulmanes que no desearan luchar ni siquiera en los sub-conflictos de esta guerra. Sin embargo, si se enfrentaban al enemigo, debían luchar valientemente.
Entonces se narra:
سُئِلَ رَسُولُ اللَّهِ صلى الله عليه وسلم عَنِ الرَّجُلِ يُقَاتِلُ شَجَاعَةً وَيُقَاتِلُ حَمِيَّةً وَيُقَاتِلُ رِيَاءً فَأَىُّ ذَلِكَ فِي سَبِيلِ اللَّهِ قَالَ مَنْ قَاتَلَ لِتَكُونَ كَلِمَةُ اللَّهِ هِيَ الْعُلْيَا فَهُوَ فِي سَبِيلِ اللَّهِ
“Se preguntó al Santo Profetasa, que ‘Un individuo lucha para demostrar su valor, otro lucha debido a la indignación familiar y tribal y otro lucha para presumir. ¿Cuál de ellos se consideraría que lucha por la causa de Al’lah?”. El Santo Profetasa respondió: ‘Ninguno de ellos. Más bien, sólo se consideraría que lucha por la causa de Al’lah aquella persona que se esfuerza por desarraigar los esfuerzos de aquellos incrédulos que desean suprimir la religión de Al’lah el Exaltado; y para que la religión de Dios salga victoriosa sobre estos esfuerzos de los incrédulos.”
Luego, hay una narración que:
وَعَنْ سُلَيْمَانَ بْنِ بُرَيْدَةَ, عَنْ أَبِيهِ قَالَ كَانَ رَسُولُ اَللَّهِ صلى الله عليه وسلم قَالَ ذَا لَقِيتَ عَدُوَّكَ مِنَ الْمُشْرِكِينَ فَادْعُهُمْ إِلَى إِحْدَى ثَلاَثِ خِصَالٍ أَوْ خِلاَلٍ فَأَيَّتُهَا أَجَابُوكَ إِلَيْهَا فَاقْبَلْ مِنْهُمْ وَكُفَّ عَنْهُمُ ادْعُهُمْ إِلَى الإِسْلاَمِ فَإِنْ أَجَابُوكَ فَاقْبَلْ مِنْهُمْ وَكُفَّ عَنْهُمْ ثُمَّ ادْعُهُمْ إِلَى التَّحَوُّلِ مِنْ دَارِهِمْ إِلَى دَارِ الْمُهَاجِرِينَ وَأَعْلِمْهُمْ أَنَّهُمْ إِنْ فَعَلُوا ذَلِكَ أَنَّ لَهُمْ مَا لِلْمُهَاجِرِينَ وَأَنَّ عَلَيْهِمْ مَا عَلَى الْمُهَاجِرِينَ فَإِنْ أَبَوْا وَاخْتَارُوا دَارَهُمْ فَأَعْلِمْهُمْ أَنَّهُمْ يَكُونُونَ كَأَعْرَابِ الْمُسْلِمِينَ يُجْرَى عَلَيْهِمْ حُكْمُ اللَّهِ الَّذِي يَجْرِي عَلَى الْمُؤْمِنِينَ وَلاَ يَكُونُ لَهُمْ فِي الْفَىْءِ وَالْغَنِيمَةِ نَصِيبٌ إِلاَّ أَنْ يُجَاهِدُوا مَعَ الْمُسْلِمِينَ فَإِنْ هُمْ أَبَوْا فَادْعُهُمْ إِلَى إِعْطَاءِ الْجِزْيَةِ فَإِنْ أَجَابُوا فَاقْبَلْ مِنْهُمْ وَكُفَّ عَنْهُمْ فَإِنْ أَبَوْا فَاسْتَعِنْ بِاللَّهِ تَعَالَى وَقَاتِلْهُمْ
“Barīrahra narra que cuando el Santo Profetasa enviaba una compañía aconsejaba a su comandante que: ‘Cuando os enfrentéis a vuestro enemigo, es decir, cuando os encontréis con una nación contra la que ha estallado una guerra, invitadles a tres opciones antes de comenzar la lucha. Si aceptan una de las tres, no luches contra ellos. Primero y ante todo, invítales al Islām. Si creen, acepta su proclamación del Islām y retírales la mano. Luego anímales a emigrar a Medina y diles que si emigran, se les dotará de los derechos de los Muhāyirīn y sobre ellos recaerán también las responsabilidades de los Muhāyirīn. Si no aceptan emigrar, entonces infórmales de que se considerará que han entrado en el Islām, pero no recibirán los derechos de los Muhāyirīn, porque estos derechos sólo pueden alcanzarse mediante la Yihād en la causa de Al’lah. Si rechazan totalmente tu invitación al Islām, entonces diles que paguen un impuesto y acepten el gobierno islámico. Si aceptan esta opción, no luches contra ellos. Sin embargo, si se niegan, entonces lucha contra ellos en el nombre de Dios”.9
Luego, se narra que:
حَدَّثَنِي مُسْلِمُ بْنُ الْحَارِثِ بْنِ مُسْلِمٍ التَّمِيمِيُّ، عَنْ أَبِيهِ، قَالَ بَعَثَنَا رَسُولُ اللَّهِ صلى الله عليه وسلم فِي سَرِيَّةٍ فَلَمَّا بَلَغْنَا الْمُغَارَ اسْتَحْثَثْتُ فَرَسِي فَسَبَقْتُ أَصْحَابِي وَتَلَقَّانِي الْحَىُّ بِالرَّنِينِ فَقُلْتُ لَهُمْ قُولُوا لاَ إِلَهَ إِلاَّ اللَّهُ تُحْرَزُوا فَقَالُوهَا فَلاَمَنِي أَصْحَابِي وَقَالُوا حَرَمْتَنَا الْغَنِيمَةَ فَلَمَّا قَدِمْنَا عَلَى رَسُولِ اللَّهِ صلى الله عليه وسلم أَخْبَرُوهُ بِالَّذِي صَنَعْتُ فَدَعَانِي فَحَسَّنَ لِي مَا صَنَعْتُ وَقَالَ أَمَا إِنَّ اللَّهَ قَدْ كَتَبَ لَكَ مِنْ كُلِّ إِنْسَانٍ مِنْهُمْ كَذَا وَكَذَا وَ قَالَ أَمَا إِنِّي سَأَكْتُبُ لَكَ بِالْوَصَاةِ بَعْدِي فَفَعَلَ وَخَتَمَ عَلَيْهِ فَدَفَعَهُ إِلَىَّ
“Ḥārith bin Muslim bin Ḥārith relata de su padre que el Santo Profetasa nos envió una vez a una campaña. Cuando llegamos a nuestro punto de destino, espoleé mi caballo y me adelanté a mis compañeros. Cuando la gente de la tribu se percató de mi presencia, se asustaron debido al repentino ataque y comenzaron a mostrar humildad. Entonces les invité al Islām y se hicieron musulmanes. Ante esto, algunos de mis compañeros más débiles empezaron a reprocharme diciendo que les había privado del botín de guerra. Cuando regresamos donde el Santo Profeta, la gente le informó de lo sucedido. El Santo Profeta me llamó y alabó mi acción diciendo: ‘Has hecho una acción muy buena’. Luego dijo: ‘Dios ha designado tal y tal recompensa espiritual a tu favor, para cada miembro de esta tribu’. En el fervor de su felicidad, dijo: ‘Ven, voy a dictar un certificado expresando mi complacencia, para que mi agrado permanezca siempre contigo’. Como tal, el Santo Profetasa me dictó el certificado y puso su sello en él.”10
Luego, se narra que:
عَنْ عَاصِمٍ ابْنَ كُلَيْبٍ عَنْ أَبِيهِ، عَنْ رَجُلٍ مِنَ الأَنْصَارِ قَالَ خَرَجْنَا مَعَ رَسُولِ اللَّهِ صلى الله عليه وسلم فِي سَفَرٍ فَأَصَابَ النَّاسَ حَاجَةٌ شَدِيدَةٌ وَجَهْدٌ وَأَصَابُوا غَنَمًا فَانْتَهَبُوهَا فَإِنَّ قُدُورَنَا لَتَغْلِي إِذْ جَاءَ رَسُولُ اللَّهِ صلى الله عليه وسلم يَمْشِي عَلَى قَوْسِهِ فَأَكْفَأَ قُدُورَنَا بِقَوْسِهِ ثُمَّ جَعَلَ يُرَمِّلُ اللَّحْمَ بِالتُّرَابِ ثُمَّ قَالَ إِنَّ النُّهْبَةَ لَيْسَتْ بِأَحَلَّ مِنَ الْمَيْتَةِ
“‘Āṣim bin Kulaib relata de su padre que un Compañero Anṣārī narra que, partimos en un Ghazwah con el Santo Profetasa. En una ocasión, la gente fue golpeada por un hambre severa y se angustió mucho (ya que no tenían provisiones con ellos). Entonces cogieron unas cuantas cabras de un rebaño, las sacrificaron y empezaron a cocinarlas. Nuestras ollas estaban hirviendo con su carne cuando llegó el Santo Profeta. El Santo Profeta volcó inmediatamente nuestras ollas con su arco y empezó a moler con rabia los trozos de carne bajo sus pies y exclamó: ‘El saqueo no es mejor que la carroña'”.11
Esta es una narración de tales personas sobre las que se alega que, Dios no lo quiera, recibieron enseñanzas de saqueo y pillaje. Creo que, si hoy en día un ejército europeo se enfrentara a tales circunstancias, en las que sus provisiones se agotaran y los soldados se inquietaran por el hambre, apoderarse de las cabras de un rebaño en pastoreo sería algo sin importancia. Quién sabe qué más declararían lícito.
Entonces, se narra:
عَنْ أَبِي هُرَيْرَةَ أَنَّ رَجُلاً قَالَ يَا رَسُولَ اللَّهِ رَجُلٌ يُرِيدُ الْجِهَادَ فِي سَبِيلِ اللَّهِ وَهُوَ يَبْتَغِي عَرَضًا مِنْ عَرَضِ الدُّنْيَا فَقَالَ رَسُولُ اللَّهِ صلى الله عليه وسلم لاَ أَجْرَ لَهُ. فَأَعْظَمَ ذَلِكَ النَّاسُ ۔ وَقَالُوا لِلرَّجُلِ عُدْ لِرَسُولِ اللَّهِ صلى الله عليه وسلم فَلَعَلَّكَ لَمْ تُفَهِّمْهُ ۔ فَقَالَ يَا رَسُولَ اللَّهِ، رَجُلٌ يُرِيدُ الْجِهَادَ فِي سَبِيلِ اللَّهِ وَهُوَ يَبْتَغِي عَرَضًا مِنْ عَرَضِ الدُّنْيَا . فَقَالَ : ” لاَ أَجْرَ لَهُ ” . فَقَالُوا لِلرَّجُلِ : عُدْ لِرَسُولِ اللَّهِ صلى الله عليه وسلم . فَقَالَ لَهُ الثَّالِثَةَ، فَقَالَ لَهُ : ” لاَ أَجْرَ لَهُ ”
Que significa: “Abū Hurairah narra que una persona se presentó ante el Santo Profetasa y le dijo: ‘¡Oh Mensajero de Al’lah! Hay un hombre cuya intención real es la Yihād en la causa de Al’lah, pero el pensamiento cruza su mente que él también recibiría algunas riquezas y riquezas en la guerra también. No hay nada malo en ello, ¿verdad?”. El Santo Profetasa respondió: ‘No hay recompensa espiritual alguna para tal persona.’ Esa persona repitió su pregunta tres veces con asombro, pero la respuesta del Santo Profeta siguió siendo la misma: ‘No hay recompensa espiritual alguna para esa persona'”.12
Este Ḥadīth prueba que la intención de un individuo que participa en la Yihād debe ser puramente religiosa e incluso si el más mínimo pensamiento de cualquier cosa que no sea la defensa de la religión surge en su corazón, tal persona se ve privada de la recompensa espiritual. Es absolutamente ilícito que un guerrero espere botines y riquezas mundanas.
Entonces, se narra:
مَا مِنْ غَازِيَةٍ تَغْزُو فِي سَبِيلِ اللَّهِ فَيُصِيبُونَ غَنِيمَةً إِلاَّ تَعَجَّلُوا ثُلُثَىْ أَجْرِهِمْ مِنَ الآخِرَةِ وَيَبْقَى لَهُمُ الثُّلُثُ فَإِنْ لَمْ يُصِيبُوا غَنِيمَةً تَمَّ لَهُمْ أَجْرُهُمْ
“Aquellos guerreros que salen a luchar por la causa de Dios y obtienen botín como resultado de la guerra, dos tercios de su recompensa en el más allá se ven disminuidos, y recibirán sólo un tercio de su recompensa. Sin embargo, si no obtienen ningún botín, entonces recibirán su recompensa completa en el más allá.”13
Este Ḥadīth es más claro que el Ḥadīth anterior, porque ha mencionado que si una persona participa en la lucha, puramente con la intención de la Yihād en la causa de Al’lah y no hay rastro de deseos mundanos, y luego, en consecuencia, recibe la riqueza del botín también, sin tener ningún pensamiento o expectativa tal, ya que ha recibido una parte de la riqueza de este mundo, por esta razón su recompensa en el más allá disminuye. Sin embargo, una persona que sale puramente con la intención de la Yihād, pero no recibe la riqueza del botín en absoluto, será merecedora de una recompensa completa y plena. Así, mientras que el anterior Ḥadīth simplemente fomenta en los corazones de los Compañeros un desagrado por la riqueza mundana, este segundo Ḥadīth infunde una distancia y una especie de odio. En presencia de tal enseñanza, el verdadero musulmán no sólo se abstendría de pensar en botines, etc., sino que incluso evitaría, en la medida de lo posible, las ocasiones de adquirir botines. Su verdadero deseo y esfuerzo sería que, de un modo u otro, no recibiera botín, para que su recompensa espiritual de la Yihād no disminuyera. Por lo tanto, aparte de aquellas personas que eran débiles, cuya existencia se puede encontrar en más o menos todas las naciones, pero que definitivamente existían en un número mucho menor entre la comunidad de los Compañeros, esta verdad fue bien entendida por los Compañeros, y se esforzarían por actuar en consecuencia. De ahí que ya hayamos visto en la narración de Abū Dāwūd cómo Muslim bin Ḥārith convirtió a una tribu enemiga invitándola al Islām, en lugar de atacarla por el botín. Como tal, en consecuencia, se quedó sin botín. El Santo Profetasa elogió enormemente esta hazaña suya y le otorgó un certificado expresando su complacencia.
Luego, hay otra narración de Abū Dāwūd que en una ocasión, cuando el Santo Profeta estaba a punto de partir de Medina en un Ghazwah, un anciano Anṣārī14proporcionó una montura, etc. para un Compañero pobre, Wāthilah bin Asqa’. Después de la Yihād, Wāthilah bin Asqa’ se acercó a Ka’b bin ‘Ujrah y le dijo: “Al’lah el Exaltado me ha concedido estos camellos en mi parte del botín. Por favor, toma tu parte”. Ka’b respondió: “¡Oh sobrino! Que Al’lah haga que esto sea bendito para ti. No tenía intención de botín, más bien, mi deseo era de recompensa espiritual.” Y así, se negó a aceptar su parte.15
Luego, hay una narración en Nasa’ī que un beduino aceptó al Santo Profetasa y lo acompañó en un Ghazwah. Cuando se hizo con algún botín, el Santo Profeta apartó también su parte. Cuando se enteró de esto, se presentó ante el Santo Profeta y le dijo: “¡Oh Mensajero de Al’lah! has reservado mi parte. Por Dios, no me hice musulmán con esta intención. Mi intención era que en la causa de Al’lah, una flecha me atravesara aquí (señalando hacia su garganta), y pudiera ser admitido en el paraíso.” El Santo Profetasa declaró: “Si esta persona realmente desea tal fin, entonces Al’lah cumplirá su deseo.” Poco después se produjo un combate y el individuo fue martirizado de un flechazo en la garganta. Cuando los Compañeros lo llevaron ante el Santo Profetasa, éste preguntó: “¿Es la misma persona?”. Los Compañeros respondieron: “¡Sí, Mensajero de Al’lah!”. El Santo Profeta respondió: “Dios ha cumplido su deseo”. Después de esto, el Santo Profetasa dotó su propia túnica para que le sirviera de mortaja y rezó especialmente por él.16
Es mil veces una pena que, en presencia de estos testimonios, haya algunas personas que sin temer a Dios, levanten acusaciones sobre el Santo Profeta y sus Compañeros, de que en estas guerras, su propósito era el pillaje, el saqueo y la adquisición de riquezas mundanas.
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Notas a pie de página
- Sharḥul-'Allāmatiz-Zarqānī 'Alal-Mawāhibil-Ladunniyyah, Por Allāmah Shihābuddīn Al-Qusṭalānī, Volumen 2, p. 218, Kitābul-Maghāzī, Dārul-Kutubil-'Ilmiyyah, Beirut, Líbano, Primera edición (1996).
- The Life of Mahomet, By Sir William Muir, Appendix (Sources for the Biography of Mahomet) - The Corân, p. 561, Published by Smith, Elder & Co. Londres (1878)
- The Encyclopedia Britannica (11th Edition), Volume 15, p. 905, Bajo la palabra ‘Koran’, Encyclopedia Britannica Inc., Nueva York (1910-1911)
- The Life of Mahomet, Por Sir William Muir, Appendix (Sources for the Biography of Mahomet) - The Corân, p. 563, Publicado por Smith, Elder & Co. Londres (1878)
- The Life of Mahomet, Por Sir William Muir, Appendix (Sources for the Biography of Mahomet) - The Corân, p. 563, Publicado por Smith, Elder & Co. Londres (1878)
- A Literary History of the Arabs, por Reynold A. Nicholson M.A., Capítulo IV (El Profeta y el Corán), Valor histórico del Corán, p. 143, Charles Scribner's Sons, Nueva York, edición de 1907.
- Ṣaḥīḥul-Bukhārī, Kitābul-Jihād Was-Siyar, Bābu Kānan-Nabiyyusa Idhā Lam Yuqātil Awwalan- Nahār….., Ḥadīth No. 2966
*Ṣaḥīḥu Muslim, Kitābul-Jihād Was-Siyar, Bābu Karāhati Tamannī Liqā’il-‘Aduwwi….., Ḥadīth No. 4542
*Sunanu Abī Dāwūd, Kitābul-Jihād, Bābu Fī Karāhati Tamannī Liqā’il-‘Aduwwi, Ḥadīth No. 2631
- * Ṣaḥīḥul-Bukhārī, Kitābut-Tauhīd, Bābu Qaulihī Ta‘ālā Wa Laqad Sabaqat Kalimatunā Li- ‘Ibādinā.,Ḥadīth No. 7458
* Ṣaḥīḥu Muslim, Kitābul-Imārati, Bābu Man Qātala Li-Takūna Kalimatullāhi Hiyal-‘Ulyā… , Ḥadīth No. 4919
- *Ṣaḥīḥu Muslim, Kitābul-Jihād Was-Siyar, Bābu Ta’mīril-Imāmil-Umarā’a ‘Alal-Bu‘ūth, Ḥadīth No. 4522
*Sunanu Abī Dāwūd, Kitābul-Jihād, Bābu Fī Du‘ā’il-Mushrikīn, Ḥadīth No. 2612
*Sunanut-Tirmidhī, Kitābus-Siyar, Bābu Mā Jā’a Fī (Waṣiyyatihīsa) Fil-Qitāl, Ḥadīth No. 1617
- * Abū Dāwūd referenced by Talkhīsuṣ-Ṣiḥāḥ
* Sunanu Abī Dāwūd, Kitābul-Adab, Bābu Mā Yaqūlu Idhā Aṣbaḥa, Ḥadīth No. 5080
- * Sunanu Abī Dāwūd, Kitābul-Jihād, Bābu Fin-Nuhba Idhā Kāna Fit-Ta‘āmi Qillatun….., Ḥadīth No. 2705
*Sunanut-Tirmidhī, Kitābus-Siyar, Bābu Mā Jā’a Fī Karāhiyatin-Nuhbah, Ḥadīth No. 1600
- * Sunanu Abī Dāwūd, Kitābul-Jihād, Bābu Fī Man Yaghzū Wa Yaltamisud-Dunyā, Ḥadīth No. 2516
* Sunanun-Nasa’ī, Kitābul-Jihād, Bābu Man Ghazā Yaltamisul-Ajra Wadh-Dhikra, Ḥadīth No. 3140
- * Ṣaḥīḥu Muslim, Kitābul-Imārah, Bābu Bayāni Qadri Thāwabi Man Ghazā Fa-Ghanima….., Ḥadīth No. 4925
* Sunanu Abī Dāwūd, Kitābul-Jihād, Bābu Fis-Sariyyati Tukhfiqu, Ḥadīth No. 2497
* Sunanun-Nasa’ī, Kitābul-Jihād, Bābu Thawābis-Sariyyatillatī Tukhfiqa, Ḥadīth No. 3125
Nota: El texto citado anteriormente es según la narración tal y como aparece en Abū Dāwūd, Kitābul- Jihād.
- Abū Dāwūd no ha mencionado ningún nombre, sin embargo se ha comprobado por Usdul-Ghābah que su nombre era Ka'b bin 'Ujrah. Estas referencias son las siguientes:
*Sunanu Abī Dāwūd, Kitābul-Jihād, Bābu Fir-Rajuli Yakrī Dābbatuhū ‘Alan-Niṣf….., Ḥadīth No. 2676
*Usdul-Ghābah Fī Ma‘rifatiṣ-Ṣaḥābah, By ‘Izzuddīn Ibnul-Athīr Abul-Ḥasan ‘Alī bin Muḥammad, Volume 4, p. 628, Wāthilah bin Al-Asqa‘, Dārul-Fikr, Beirut, Lebanon (2003)
- Sunanu Abī Dāwūd, Kitābul-Jihād, Bābu Fir-Rajuli Yukrī Dābbatuhū ‘Alan-Niṣf….., Ḥadīth No. 2676
- Sunanun-Nasa’ī, Kitābul-Janā’iz, Bābuṣ-Ṣalāti ‘Alash-Shuhadā’, Ḥadīth No. 1953





