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La Veracidad del Mesías Prometido (as): Amado por los Ángeles

Parte del libro “Invitación a Ahmadíat“.

Argumento 8 – Amado por los ángeles

Sabemos por el Sagrado Corán que Dios creó a Adán y ordenó a los ángeles que le rindieran pleitesía. El método habitual de reverencia es postrarse. Pero este tipo de humillación sólo se muestra ante Dios. Está prohibido mostrárselo a otros, por muy altos y poderosos que sean. Uno no puede postrarse ni siquiera ante los profetas, ni siquiera ante el Jefe de los profetas, Muhammad Mustafá (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). No sólo está prohibido postrarse ante cualquiera que no sea Dios, sino que se cuenta entre los peores pecados. Quien es culpable de ello pierde el favor y la gracia de Dios. Sin embargo, uno puede postrarse en un sentido diferente; en este sentido, la postración no es un acto de adoración.

No se puede decir que la postración estuviera permitida cuando la raza humana era joven y que estuviera prohibida cuando la raza se hizo más madura. Tal cosa sería totalmente errónea. La postración es una forma de shirk. Equivale a equipararse a Dios y esto, según los conceptos del islam, nunca puede ser correcto. Los actos de shirk no podrían haberse permitido en ningún momento: Dios es Uno y la Unicidad de Dios es un concepto básico. Si se dice que postrarse ante seres distintos de Dios estuvo permitido en un principio, pero se prohibió después, por ser una especie de shirk, entonces Satanás tendría un texto importante a su favor. Satanás se negó a postrarse ante el hombre, diciendo que el hombre no era Dios. Esto pudo ofender a Dios en su momento, pero más tarde incluso Dios prohibió postrarse ante el hombre, y ante seres distintos de Dios.

Cuando los ángeles se postran ante el hombre

Las reverencias y postraciones a seres distintos de Dios nunca pueden ser correctas. No eran correctas en el pasado y no lo son hoy. Cuando Dios ordenó a los ángeles que se postraran ante el hombre, la postración no debía ser un acto de adoración. Esta postración tenía un significado diferente. La lengua árabe proporciona este significado: es obediencia completa. Saydah puede significar ‘adoración’ u ‘obediencia’. En el léxico árabe Lisan-ul-Arab (vol. IV, bajo Saydah), tenemos:

Aquel que muestra perfecta obediencia a otro puede decirse que ha realizado Saydah’.

La orden a los ángeles de realizar Saydah a Adán no era una orden de adorar a Adán, sino una orden de obedecerle. La obediencia al hombre era ayudar al hombre en sus planes y aspiraciones. La orden a los ángeles de ayudar a Adán se repite en la época de cada profeta. Una persona que proclama haber sido designada para un cargo espiritual debe esperar y recibir la ayuda de los ángeles. Debe recibir tal ayuda porque ha sido comisionado por Dios para tal oficio.

Ayuda de los ángeles

De la vida del Santo Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) se pueden citar una serie de incidentes que demuestran la ayuda que el Santo Profeta recibió de los ángeles en sus planes y proyectos. Uno de estos ejemplos es la Batalla de Badr. En esta batalla los ángeles infundieron un miedo desmesurado en las mentes del enemigo. Cuando el Santo Profeta cogió un puñado de guijarros y los lanzó hacia el enemigo, comenzó a soplar un viento veloz. Otro ejemplo fue presenciado durante la Batalla de la Acequia. Los musulmanes estaban rodeados por el enemigo. El asedio podría haber tenido éxito de no ser porque una hoguera encendida por un jefe fue apagada por el viento, lo que provocó el pánico en el campamento enemigo. Otro ejemplo es la huida milagrosa del Santo Profeta de un intento de envenenamiento por parte de los judíos.

La ayuda de los ángeles suele producirse al amparo de procesos y acontecimientos naturales. Las primeras condiciones y causas de todos los procesos y acontecimientos naturales son los ángeles. Cuando un profeta se ve enfrentado a enemigos y se produce un conflicto, los ángeles se ocupan de convertir los procesos de la naturaleza en una ventaja para el profeta. A pesar de las peores desventajas naturales, el éxito acompañó al Santo Profeta y no a sus enemigos. El éxito que llega así es prueba de la autenticidad de un profeta.

La ayuda de los ángeles también llegó al Mesías Prometido. Experimentó el apoyo de los ángeles y su respaldo. Le salvaron de todo tipo de dificultades; dirigieron los procesos de la naturaleza a su favor. Cito un ejemplo bien conocido. El Mesías Prometido y un grupo de compañeros entre los que había hindúes, musulmanes y hombres de otras religiones estaban durmiendo bajo un techo. De repente se despertó y sintió que el tejado estaba a punto de derrumbarse. No había indicios de un derrumbe inminente. Se oía un débil sonido, tal vez el de un gusano comiéndose la madera. El Mesías Prometido despertó a todos sus compañeros y les dijo que debían salir. Los compañeros no hicieron caso del consejo y volvieron a dormirse. Dijeron que Mirza Sahib estaba equivocado y que no había peligro. Al cabo de un rato, Hazrat Mirza Sahib experimentó la sensación por segunda vez. De nuevo despertó a sus compañeros, esta vez insistiendo enérgicamente en que debían salir de la habitación. Los compañeros accedieron, no sin refunfuñar. Dijeron que Hazrat Mirza Sahib había desalojado la habitación a causa de un delirio. Hazrat Mirza Sahib, por su parte, sintió que el colapso de la habitación esperaba su propia salida. Hizo que todos salieran primero antes de salir él mismo. Puso un pie en la escalera y acababa de levantar el otro cuando el techo se vino abajo con un ruido sordo. Todos se llenaron de asombro y todos expresaron su gratitud a Hazrat Mirza Sahib. Sus vidas se habían salvado.

Ocurría a menudo que durante una enfermedad grave le eran anunciadas curas. Una droga aparecía en un sueño, a veces un sueño despierto. Los medicamentos y los frascos que los contienen no se mueven. Su aparición sólo puede ser obra de los ángeles. Las propiedades curativas y otras propiedades de las drogas también son controladas en última instancia por los ángeles, sus primeras causas. Una vez el Mesías Prometido se puso muy enfermo. Utilizó algunos medicamentos, pero no obtuvo ningún beneficio de ellos. Entonces se presentó una aparición y declaró: ‘Yo soy la menta’. La menta fue el tratamiento y la enfermedad desapareció.

A veces ocurría que alguien venía a asesinarle. A menudo, la llegada de ese hombre era anticipada por él a través de una premonición divina. O los ángeles atemorizaban al asesino, como en la batalla de Badr. Los asesinos se convertían en seguidores. La visión del Mesías Prometido los convertía; y decidían unirse a él en lugar de desear asesinarlo (incidentes que recuerdan a Hazrat Umar, que se convirtió en un intento de asesinar al Santo Profeta).

Hogar protegido de la plaga

La mayor señal de ayuda por parte de los ángeles apareció en el momento de la plaga que llegó por primera vez a esta parte del mundo en vida del Mesías Prometido. Tendré más que decir sobre esto más adelante.

Aquí sólo quiero decir que la plaga asumió la apariencia simbólica de un elefante causando estragos en el mundo. En la escena simbólica, el animal del sueño premonitorio se volvía manso e inofensivo y se sentaba respetuosamente cuando se acercaba al Mesías Prometido. La escena simbólica significaba que la plaga no dañaría al Mesías Prometido. Los ángeles de Dios se encargarían de ello. En apoyo de esta promesa de ayuda a través de los ángeles, el Mesías Prometido recibió otras revelaciones. Una decía: “El fuego es nuestro esclavo, más aún, el esclavo de los esclavos”. Al recibir tales revelaciones, declaró que él y sus seguidores permanecerían relativamente inmunes a los efectos mortales de la plaga. Los individuos podrían sufrir, pero eso no alteraría la verdad general, igual que en tiempos del Santo Profeta los musulmanes sufrían en los encuentros con el enemigo, pero el enemigo sufría mucho más.

También anunció que la ciudad de Qadian sufriría mucho menos que otros lugares; que aquí la peste no sería tan mortal como en otros lugares y que la casa en la que vivía permanecería completamente inmune. No se produciría ni un solo caso de peste en la propia casa. Después de estas declaraciones, la peste hizo su aparición en el subcontinente y causó estragos. Cada año cientos de miles de personas morían a causa de ella. A pesar de que había prohibido a sus seguidores adoptar la inoculación preventiva, éstos sufrieron los efectos mortales de la peste mucho menos que los demás. Esto sucedió durante varios años. Mucha gente quedó impresionada. Miles se unieron al redil. De hecho, la gran mayoría de sus seguidores en aquella época fueron el resultado de esta señal.

Cuando la peste visitó el país, se apoderó de muchos de sus enemigos. Sus propios seguidores permanecieron en gran medida inmunes; sólo se produjeron casos aislados de peste entre ellos. La protección visible que él y sus seguidores disfrutaron de los estragos de la peste fue una clara señal divina. Este tipo de epidemia era desconocida hasta entonces. Llegó después de que él hubiera anunciado su visión profética al respecto. La epidemia le libró a él y a sus seguidores. La relativa inmunidad demostró la verdad de su revelación: “El fuego es nuestro esclavo, el esclavo de los esclavos”. Los ángeles cumplieron la promesa. Los gérmenes de la peste actuaron en su favor y le mostraron la adoración y obediencia que es su deber hacia todo Mensajero de Dios. La peste viajó a Qadian como a otros lugares. Pero no permaneció mucho tiempo en Qadian, marchándose al cabo de tres años. En otras ciudades permaneció hasta diez años, o incluso más.

La protección de que disfrutó su familia es una prueba irrefutable de la lealtad y obediencia de los ángeles. Al lado de su casa se produjeron casos de peste y de muerte por la peste. El peligro se mantuvo durante tres años. La casa del Mesías Prometido constaba de más de cien personas, y estaba insalubremente situada en una depresión. Aún así, no se produjo ninguna muerte en la casa. Ni siquiera una rata sufrió. (Es bien sabido que cuando la peste visita un lugar, las primeras víctimas son las ratas). Una señal maravillosa, que debería convencer a aquellos dispuestos a pensar. Si no fueron los ángeles los que obraron en su favor, ¿qué fue entonces? ¿Qué fue lo que marcó esta tremenda diferencia? Los gobernantes, los reyes y los hombres poderosos no podían controlar las fuerzas que actuaban a su favor. Los procesos de la naturaleza parecían haberse desviado de su curso normal y haberse dedicado a su servicio. Los médicos que podían adoptar las medidas de precaución habituales cayeron víctimas. Los que vivían en barrios sanos alejados de la ciudad no pudieron escapar. Los que se habían vacunado contra ella tuvieron que sufrir. Pero él y los miembros de su familia no sufrieron en absoluto. No aceptaron ningún tratamiento, no adoptaron ninguna medida de precaución. No salieron de la ciudad. Ni siquiera las ratas de su casa sufrieron. La casa no era pequeña. Era grande al principio y se había hecho más grande debido a los muchos huéspedes que habían venido a buscar refugio de la peste.

Si la peste no hubiera visitado Qadian, o si después de visitar Qadian no hubiera llegado y afectado a su vecindario, se podría haber dicho que la inmunidad de la que él, su familia y los miembros de su casa disfrutaban era cuestión de accidente. Pero él había proclamado este hecho de inmunidad mucho antes, una profecía basada en comunicaciones divinas. Algún tiempo después de su proclamación, los ángeles se dedicaron a la ejecución de la profecía. La peste llegó a Qadian, pero vino como una esclava. Hizo su trabajo, pero bajo limitaciones definidas, como si estuviera bajo la vigilancia de alguien. Llegó a la ciudad, afectó a sus vecinos más cercanos, pero no tocó a ningún miembro de su familia. Esto es una prueba de la devoción de los ángeles hacia él y hacia su causa. Se les había dicho que le obedecieran y cumplieron la orden con verdadero espíritu. Fueron designados para protegerle. Las fuerzas de la naturaleza fueron esclavizadas por su causa.

La devoción de las fuerzas naturales a él y a su causa está demostrada por muchos otros incidentes. Pero espero que los ejemplos que he dado sean suficientes, y que den una idea de la protección milagrosa que Hazrat Mirza Sahib disfrutó. Estos ejemplos deberían dejar claro que tal apoyo divino consistente y constante no podía ser ganado por un mentiroso y un farsante.

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